41. Yo te amé, Chittaphon.

3.7K 643 251
                                    

Las bendiciones de Doyoung.
Versión editada.
Primera parte:
Capítulo 41. "Yo te amé, Chittaphon"

Doyoung observó con una pequeña sonrisa como su hijo se iba quedando dormido en los brazos de su padre, mientras que este le cantaba, en voz baja, una canción de cuna proviniente de su país natal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Doyoung observó con una pequeña sonrisa como su hijo se iba quedando dormido en los brazos de su padre, mientras que este le cantaba, en voz baja, una canción de cuna proviniente de su país natal.

Siempre había creído que Chittaphon podía tener éxito siendo cantante, sin embargo, el estaba empeñado en tener su imperio de florerías y no le iba a quitar esa ilusión.

—A veces siento que está creciendo tan rápido —susurró el más bajito después de besar la frente de su hijo. —No quiero que lo haga.

—Guarda silencio —Doyoung empujó suavemente a su ex pareja y sonrió. —Todo ha pasado tan rápido, incluso ya puede atarse las agujetas.

—Me sorprende que haya podido hacerlo antes que Mark.

—JaeMin es tan inteligente —ambos se miraron y Doyoung sonrió. —Se parece demasiado a ti.


— 🦋 —

Tanto vómito de la nada no era algo bueno. Las malditas pruebas de embarazo daban resultado positivo, una tras otra, sin importar la hora o incluso el día. Ya no podía seguir creyendo que había pescado algún tipo de virus extraño.

Tomó asiento en uno de los sillones que había comprado Taeyong durante un miércoles de ofertas (para decorar un poco la casa) y trató de pensar bien las cosas durante un par de segundos.

¿Qué podía hacer ahora? Chittaphon estaba a nada de irse a estudiar en otro país gracias a la beca por excelencia que se esforzó tanto en ganar. No podía simplemente ir a decirle que estaba embarazado y arruinarle esa gran oportunidad que le estaba dando la vida.

—Pa —llamó Mark después de quitarse su chupón, sosteniéndose de aquel sillón para no tambalearse tanto. Tenía más de un año de haber aprendido a caminar y aún parecía un venado bebé.

Doyoung suspiró profundamente, guardando sus penas para el mismo, y le dedicó una sonrisa llena de cariño a su pequeño, quien comenzó a reír, emocionado de que su papi le hubiese hecho caso.

No es que no les prestara atención, Mark solía emocionarse con cualquier pequeño gesto de amor.

El más pequeño recargó su cabeza en una de las piernas de su padre, acercando su mano con intenciones de tocar su vientre. Doyoung parpadeó un par de veces, sorprendido por las acciones de su bebé.

—La vida es difícil, Makku —dijo una vez que pudo cargar a su hijo, viendo a Donghyuck dormir sobre la cuna que su padre le había comprado. —Pero, es que mírate... tu y tu hermano, con esas sonrisas tan preciosas que tienen, me devuelven las ganas de querer seguir aquí.

Las bendiciones de DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora