32. Mellizos.

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Las bendiciones de Doyoung.
Versión editada.
Segunda parte:
Capítulo 32. "Mellizos"

 "Mellizos"

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Los nervios de ir por sus propios hijos al colegio después de todo lo que sucedió con Donghyuck eran enormes, pero tampoco se dejaría caer de nuevo por comentarios estúpidos de gente sin corazón.

¿Y qué si usaba aún el color negro en su vestimenta? El había perdido un hijo, ellos no tenían ni idea de su maldito dolor.

Supo que soportar las miradas de lástima había valido la pena cuando pudo ver a su hijo salir corriendo con una felicidad extrema porque por fin, después de mucho, iba el y no Taeyong a recogerlos.

—¡Papá! —Chenle chocó contra su padre haciéndolo reír, casi de inmediato lo abrazó con una fuerza que Doyoung no supo de dónde sacó. —Que bueno que has venido, mis amigos ya comenzaban a creer que les mentía con la existencia de mi otro papá.

Doyoung observó detrás de su hijo y una sonrisa nerviosa apareció en sus labios al notar a sus amigos, quiso separarse de Chenle para no avergonzarlo pero el niño se negaba a soltarlo.

—Lindo —un chico de cabellos negros y un poco más alto que su hijo se acercó a ellos, con una sonrisa que se suponía era de coqueteo. —Chenle, ¿Tu papá está soltero?

—¡Felix! —se quejó el adolescente, dándole un manotazo a su mejor amigo. —Con mi papá no, maldito hormonal.

Los niños siguieron con su tonta pelea frente a los adultos que los rodeaban, hasta que una chica se acercó a ellos para golpear sus cabezas, regañandolos por su mal comportamiento.

—Papá —habló Chenle después de sobar su cabeza. —Ella es NingNing.

—Su futura novia solo que el no sabe —la adolescente extendió su brazo para presentarse, tomando de inmediato la mano de Doyoung. —Olvídalo, tu padre es guapísimo, Chenle, cuídalo que tú y yo ya no somos amigos.

¿Qué carajos tenían los adolescentes de hoy en día?

Tampoco era para tanto, no estaba cerca de ser tan bonito como ellos decían, eran unos exagerados.

—¿Dónde está tu hermano? ¿Por qué no sale aún? —Doyoung observó la hora, habían pasado ya diez minutos del tiempo de salida.

—Ni idea —Chenle miró a todos lados. —Tal vez se quedó a resolver alguna duda, sabes como es Jisung con sus estudios.

Maldito el día en que la secretaria de la escuela los colocó en grupos separados, todo sería más fácil si seguían juntos, pero al parecer la vida nunca quería estar de su lado.

Se quiso morir cuando su hijo se encontró con quien parecía ser su profesor y le presumió que su padre estaba ahí. Automáticamente la mirada del hombre fue a parar directamente a él y solo pudo sonreír con amabilidad.

Las bendiciones de DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora