No sabía como pasó, pero se enamoró del que menos pensaba. De la persona que pensó que solo sería un amigo. La verdad no tenía ni idea que eran en realidad.
Él fue una mala influencia en su vida, pero sin darse cuenta, también la mejoro.
-Sungwon...
Mis brazos comenzaron a cansarse por lo mucho que sacudía a Hoon. Así que me detuve sin dejar de apretar mis manos en su hombros.
—¿De qué hablaron?— Pregunte impaciente, mirándolo fijo a los ojos. Con intención de intimidarlo.
—Sólo me preguntó quién era, no dije nada de lo que hiciste, así que tranquilo.
—¿Debería creerte?— Lo solté y me recosté lento.
—Ash, cállate y descansa— Se paró y se dirigió a mi escrito, que era donde se suponía que tenía mi vaso de "agua".
«Unas ganas de que me calles» Pensé al escucharlo.
Era broma, pero no tan broma. Sólo sé que quiero que se vaya de mi casa en estos momentos, este chico me pone los pelos de punta.
Hasta me da miedo decirle que se vaya. Aunque es mi casa, no sé porque tendría que temerle. Capaz porque es más grande que yo en físico y lo más probable es que me golpee.
—Emmm... ¿Cuál era tu nombre?— cuando pregunté eso pude ver su mirada sobre mi. Me hice chiquito en mi lugar. Me sentía intimidado.
—Me llamo SungHoon— Dejo de mirarme y sostuvo el vaso que había traído de la cocina y me lo entrego. Lo miré extrañado, porque no era una vaso de agua, era algo negro.
—¿Qué se supone que es esto?— Alce mi ceja e hice un mueca de asco al asomar mi nariz al vaso.
—Sangre— Contesto con obviedad.
—Pero que miércoles ¿Por qué querría yo sangre?
—Te mordí y ahora necesitas fuerzas. Sino tomas eso lo más probable es que mueras— explicó sin interés, mientras veía la ventana —Y no me hagas explicarte que soy o en qué te convertido, porque ya lo sabes.
Tragué duro y sin decir ni una sola palabra, lleve el recipiente a mi boca de a poco. Hasta que de una sola le di un sorbo largo.
No me disgustaba ni un poco. Su sabio era la cosa más exquisita que había probado en mi vida. El sabor dulce y la textura algo espesa era deliciosa.
°°°
Ya pasado el rato desde que me tomé el líquido roji, me sentía sofocado por una extraña razón. Necesitaba estar solo, no quería que este ni mis hermanos, mis mis papás y ni Sunghoon.
—Bueno... Sunghon— rogaba a que no me golpeara mi bello rostro.
—Que pasa— Tomé aire y sin más solté.
—Quiero que te vayas— sentí su mirada pesada en mí de nuevo. Podía sentir que me violaba con la mirada tan penetrante que tenía.
«Fuck»
—Ya no habrá más Jungwon bonito.
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Holap
L
a verdad no recuerdo si Sunghoon le dijo su nombre, pero bueno.
