31: Sobrecarga

150 25 8
                                    

¿Por qué ahora me entero de todo?

Trataba de no ponerme como loco, pero eso era imposible cuando necesitaba Sunghoon para poder calmar el dolor de la mordida, que por culpa de él dolía más desde que me dijo que no podía ser mi amigo. Me volvía loco el simple hecho de que no quisiera estar más conmigo.

¿Había hecho algo mal? ¿Le hice algo?

Intenté tranquilizar el dolor, pero no se me venía ninguna idea. Tenía ganas de ir para casa de Sunghoon y confrontarlo, que me diera explicaciones de que había pasado, que cambió. Pero a esa idea la descarte, no estaba tan loco como para ir a una madrugada y trepar por su ventana y exigirle explicaciones. No, sin duda no es una opción.

Al cabo de una hora estaba en agonía, no podía  moverme y apenas podía respirar. Mi cuerpo dolía, sentía mis lágrimas resbalar por mis mejillas. Estaba sorprendido , puesto que no tenía la menor idea del por qué estaba llorando, no sabía si era por Sunghoon, dolor, miedo o por qué.

Después de haber llorado unos minutos, decidí que tenía que hacer algo, porque no me iba a morir por culpa de la mordida de un asqueroso y sucio vampiro ordinario. No, no me lo iba a permitir. Así que tome todas mis fuerzas y me arrastre hacia mi closet, que ahí se hallaba una camisa de Hoon, quería suponer que al olerla o sentirla todo iba a parar. Cuando estuve frente al closet lo abrí e intente alcanzar la camisa a cuadro de Sunghoon. Cuando la tuve en mis manos empecé a olfatearla y a frotarla sobre mi cuerpo y así pasaron los segundos, el dolor iba disminuyendo, podía respirar sin dificultad alguna y también caminar. En el momento que el dolor cesó, me pare, tomé la camisa y me fui directo a casa del vampiro rabioso y si, se que había dicho que no lo haría, pero estaba tan molestó que tenía que hablar con él.

Tenía la camisa a cuadro del pelinegro como "bufanda" ya que ese día corría un viento que podría hacerme volar en cualquier momento. Hacía demasiado frío, pero por suerte el vampiro vivía a unas diez cuadras de mi casa, pero también para mí mala suerte había comenzado a llover.

—Que gran día sin duda— Comencé a correr cuando comenzó a granizar.

Cuando estuve al frente de su casa corrí para su ventana para así trepar por ella. Vaya sorprendas me dió cuando ví que estaba con  seguro. Suspiré y rompí el vidrio sin arrepentimiento alguno.
En el momento que entre, la puerta del cuarto se abrió por el pálido Sunghoon; estaba con los ojos totalmente rojos y abiertos. Sus muñecas se encontraban rojas, cómo si algo lo hubiera sujetado.

—¡¿Cuál es tu maldito problema?!— Gritó al verme en su habitación totalmente empapado —No entiendes que no te quiero ver ¡¿Tengo que golpearte para que entiendas?!— Se acercó peligroso a mi, cerro sus puños... Estaba apunto de golpearme.

—¿Mi problema? Vos sos el maldito problema, Sunghoon— no iba a mentir que no le tenía miedo, en ese aspecto malvado me asustaba mucho, pero tenía la valentía de contestarle "normal". Me alejé un poco de él, temía que me golpeaste o peor, que me matara. Yo sabía que él era capaz de cualquier cosa.

—¡Vete, no te quiero ver!—  Él agarró un bate que estaba al costado de la puerta, estaba intentando dañarme con él, pero falló —¡Juro que te mataré hijo de perra!— Soltaba insultos, pero me mantenía callado.

Tan pronto que dejó de corretearme, le arrebate el bate de sus mano. Este cayó al suelo, como si se hubiera desmayado y yo desesperado me acerque a él para ver si estaba bien. Oh, pero que inocente fui, apenas me acerqué me tiro al suelo y posicionó sus rodillas al costado de mi abdomen, y con sus manos sujetaba las mías. Me miraba nuetro, pero yo me sentía un poco intimidado por él.

—¿En serio te hiciste el desmayado sólo para atraparme? ¿E hiciste todo ese escándalo para que huyera?

—Sí— intente ignorar por completo lo de hace unos segundos.

𝙈𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙢𝙖   <𝙎𝙪𝙣𝙜𝙬𝙤𝙣/ 𝙒𝙤𝙣𝙝𝙤𝙤𝙣>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora