Capítulo 1. "La Sucursal".

29 1 2
                                    

Narra Eduardo Billón.

Otro día más en el consistorio. Al parecer, el pleno del domingo nos ha sido útil y casi todas las alcaldías nos han ofrecido parte de su reserva hidráulica.

En cuanto al pueblo, hemos abierto periodo veraniego, y con él la piscina municipal descubierta. Es un gran atractivo turístico a nivel comarcal e incluso provincial.

Isaac Ferrándiz, dueño de distintos hoteles rurales, ha vuelto hace pocos días a poner en funcionamiento el nuestro por temporada alta. Lo conoció Anita en la universidad de Sevilla mientras se graduaba en Hotelería y, al terminar, se encargó de regalarle a Benatae un sentido turístico.

La verdad es que este lugar no era nada hasta que personas como Ana, Carlos o Miguel y Joaquín montaron sus negocios y creyeron en su futuro. Para nosotros, como supongo que para toda persona con un mínimo de sensibilidad, nuestro pueblito es nuestro orgullo.

Volviendo a la actualidad, el teléfono de mi despacho empieza a sonar y me deslizo hacia él, ya que organizaba papeles en la otra mesa.

- Ayuntamiento de Benatae –respondo como de costumbre-.

- Buenos días, ¿don Billón? ­–vibra una voz femenina con acento valenciano-

- Yo mismo, ¿quién habla?

- Mari Carmen Duque, directora del Internado Valenciano de Pediatría y Atención Multidisciplinar.

No lo puedo creer.

- Me hablaron de usted, sí –sonrío-.

- De tú, si no le importa.

- Ah, pues igualmente.

- Te ha hablado Pablo de mí, ¿no?

- Sí, claro.

En ese momento, a muchos kilómetros de aquí, mi amigo entra al despacho de su jefa, una mujer rolliza de melena castaña atada en una coleta, en busca de un aperitivo entre sesión y sesión, a lo que ella responde señalando una bolsa de plástico transparente con empanadillas de pisto recién hechas.

- Quisiera hablar contigo –sigue ella y Pablo coge asiento en una de las sillas-.

- Eh... vale –asiento pensativo. Mi amigo reconoce mi voz y se sonríe-. Pero ¿cómo?

- Estaba pensando ir, porque esto es difícil de solventar por teléfono

- Yo encantado. Vamos, no sé de qué se trata, pero supongo que estará en mi mano ayudar –me río tímidamente-.

- Van por ahí los tiros –asiente Mari Carmen-. ¿Cómo tienes la agenda para la semana que viene?

- ¡Uy! Me pillas... espérate un segundo.

Pablo se ríe por lo bajo, cubriéndose la boca. En ese instante entra otro chico vestido igual que mi colega.

- Vale. La semana que viene... puedo lunes, martes y... seguramente, jueves –indico-.

- ¿Martes?

- Perfecto, ¿tienes preferencia horaria?

- Con que podamos hablar largo y tendido...

- Venga, entonces déjame que haga unas llamadas y te digo seguro –pido-.

- Conforme, mil gracias, Eduardo.

- Nada, mujer, a ti. Mándale un abrazo a Pablo, que se le extraña mucho.

- Cuenta con ello

Las historietas de Benatae [EN PROCESO]Där berättelser lever. Upptäck nu