❝ Mami Mina ❞ || Michaeng [G!P]

𓏲 Capítulo 19

Son Yeri era muy conocida en su colegio por ser alguien tímida pero a la vez muy risueña y juguetona. La mayoría de la aveces era cómplice de todas las bromas que los alumnos (entre ellos su novia) le hacían a los maestros solo para divertirse un rato.

Es por eso que ahora al verla seria , no seria más bien callada y pensativa, hizo preocupar a sus amigos y obviamente a Joy. Ni siquiera le hizo caso cuando le dijo que su madre por poco le arranca la piel al ver su enorme tatuaje que cubría todo su brazo.

— Yeri — Habló la mayor — ¿Por qué estás tan callada? — la nombrada no contestó y Joy frunció levemente el ceño, se acercó más a su pareja y la abrazó de un brazo mientras empezaba a hacer caras tiernas. — Dime, qué tienes, qué hice para que no me hablaras.

Yeri negó con la cabeza volteando hacia la mayor — No hiciste nada.

— ¿Entonces por qué no me hablas?.

— Ya te dije que no tengo nada.

— Ay — Joy hizo un puchero tierno — ¿Es porque no pude llevarte al concierto de Loona?, pero eso fue porque mi mamá me bajó la mesada gracias al tatuaje, en sí no todo fue mi culpa. ¿O porque Yugyeom me envió fotos atrevidas?.

Yeri abrió los ojos sorprendido ahora si poniendo más atención.

— ¡¿Que Yugyeom qué?!.

— A verdad, te la creíste. Sólo lo dije para que me pusieras atención. Yo ni tengo su número, guacala.

La menor rodó los ojos mientras suspiraba y soltaba un "Ash" al final.

— No tengo nada, ya te dije que solo me levanté sin ánimos — Acarició los cabellos de su novia y de inmediato sintió que esta se levantaba de su asiento en la mesa del comedor.

— Ya sé que te hará tener ánimos.

La mayor de las dos se retiró dirigiéndose donde la cafetería estaba, pidió varias cosas y después de tener todo en una bandeja volvió a con su novia — Mira, son palitos de queso, tus favoritos. También leche de plátano y halls negras, las podemos usar en la noche, mi mamá no va a estar.

Yeri soltó una carcajada ante lo último, su novia era una pervertida en los peores momentos.

— Cochina — Habló finalmente la menor, ya estaba mejor, más que en la mañana sí.

Joy sonrió sin mostrar sus dientes para seguido tomar las manos de su novia y acariciarlas con sus pulgares.

— Yeri, sabes que si hay algo que te preocupa puedes decirme, yo siempre voy a apoyarte y estaré a tu lado, nunca lo olvides.

— Lo sé... pero,¿recuerdas a Mina? — Joy asintió, también recuerda a esa pequeña niña de cinco años llorando casi diario porque su "mami Mina" no volvía a casa — Hace unos días nos encontramos junto con mi mamá y Sana. Ella llegó tan normal, como si nada hubiera pasado, y eso en cierto punto también me lastimó porque no era lo que esperaba. O sea, se va por doce años y lo único que hace es decir "Por Dios las recuerdo como una bolita de ternura".

La mayor asintió entendiendo la situación, abrazó a su novia por los hombros y besó finalmente sus cabellos.

— ¿No has escuchado a mi poderosísimo profeta decir "Ya lo pasado pasado, no me interesa, ya lo viví y lloré, ya todo quedó en el ayer"?. Pues has eso, trata a Mina como si no la conocieras y si después de tiempo se da la ocasión de tratarla como antes, pues que se dé, tú no te preocupes mejor preocupate de cómo vamos a criar a nuestros hijos.

— ¡Ay Sooyoung madura!.

Las dos rieron para finalizar abriendo todos los palitos de queso y las leches. Que aunque no era una buena combinación a ellas les gustaba, mientras estuvieran juntas.

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— Quiero que el cartel quede más arriba — Ordenó Mina mientras se paraba más alejada que los demás. Se supone que estaba promocionando su nuevo libro y programas de televisión la contactaron para grabar el proceso de cómo es la vida de una escritora.

Pero Mina fingía, obvio que lo hacía, no solamente ella porque también estaban los cantantes, actores y demás. Así que no era mucho de su interés.

Finalmente el cartel quedó como ella quizo y después de varios minutos hablando con la cámara se despidió y terminó de grabar, a sus cuarenta años era una persona famosa, más de lo que fue en su juventud.

Aburrida se encaminó a una cafetería para pasar el rato, no había nada que hacer y sabía que las mujeres con las que se divertía estaban ocupadas, así que su única opción fue tal vez inciar un nuevo libro que, aunque no publicaría, fuera de su agrado.

Entró al lugar haciendo sonar la campanilla y antes de sentarse en una mesa divisó a Yeri haciendo fila en la caja. Sonrió triste y se acercó lentamente a ella para asustarla tapando sus ojos.

— ¿Quién soy? — Preguntó divertida pero la respuesta no era la que esperó.

— ¿Es de nacimiento, o jugar de alguna manera con las personas ya es tu fuerte? — Mina quitó sus manos lentamente y vio a Yeri voltearse hacia ella — ¿Qué haces aquí?.

Mina mostró una mueca extraña, obviamente ya no era lo mismo a cuando era una niña.

— Vine a pasar el rato y te vi. ¿Saliste del colegio?.

— Si.

— Bien, te invito a comer, a puesto a que no has comido.

— Bueno, yo aposté todos mis ahorros a que mi hermana estaba haciendo el drama de su vida y me equivoqué, también tú.

Mina suspiró — Vamos Yeri, sé que cometí un error contigo, déjame compensarlo,¿qué puedo hacer para que me perdones?.

La menor relamió su labios,tenía que aprovechar la situación y decirle todas sus verdades a Mina, que era una mentirosa que sólo jugó con sus sentimientos,que era una persona que no debía tener una milésima oportunidad para arreglar las cosas. Porque Yeri sabía todos los errores que su madre cometió en el pasado, escondiéndola a ella y a su hermana,no reprendiendo a Sana cuando era una grosera.

¿Pero qué culpa tiene una niña de cinco años que sólo la quería?.

— Dime por qué te fuiste — Contestó finalmente y Mina tragó duro.

No sabía por qué lo había hecho, tal vez miedo, inseguridad, o porque sentía que gracias a ella una familia se rompió.