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Rachel.

Tamborileo las uñas contra el mármol de la barra de desayuno.

La realidad me ha golpeado cuando Christopher menciono a Stefan y ya exige la explicación.

Respiró hondo antes de comenzar:

—No puedes enojarte con el escolta, ¿Eh? —advierto desde el inicio—. Me pasó un mensaje de Laurens antes de la cena...

Tensa la mandíbula, pasa el trago de whisky que tomó.

»El cuñado de Stefan estaba muy mal y se puso peor... Eso fue lo que dijo Laurens. Después fue una llamada de Stefan, dijo que me necesitaba y no se cuánto más... Voy a admitir que si, dude en ir y estuve a punto de hacerlo. Pero no pude... Nuestra relación siempre se ha visto afectada por mi necesidad de ayudar a todo el mundo. No sabía que era lo que tú querías, pero sin duda era importante. Así que me arrepentí y fui donde estabas tu. Perdón por...

Sacude la cabeza.

—Eso va a cambiar, ¿Queda claro? —no me gusta el tono y el que hable como si se dirigiera a un menor. Voy a rechistar, pero no me deja—. No quiero volver a saber que vas a poner el pecho por otros. Y me importa una mierda si se están muriendo. Te vas a casar conmigo, llevarás el Morgan como tú apellido. Y los Morgan no le damos caridad a pordioseros que ni siquiera lo merecen, o nos ponemos por debajo de otros —deja el vaso vacío a un lado—. Dónde sepa que vuelves a hacerlo, las consecuencias van a ser graves y mayores a las de hoy.

—¿Que consecue...?

Mis palabras mueren en mi boca cuando me levanta y pone sobre su hombro, dándome una nalgada tan fuerte que duele como la mierda.

...

Un hijo de puta. Eso es.

Respiró hondo, intentando no agitarme para intentar soltar las esposas que me mantienen sujeta. Ya me arden las muñecas, pero a él parece no importarle en lo más mínimo.

Estoy cansada, quiero que mis extremidades reciban su descanso bien merecido. Pero el no se detiene.

No sé cuento tiempo llevamos aquí, aunque si son horas. Y eso lo sé porque ya oscureció y está amaneciendo. Está lloviendo, escucho las gotas contra el cristal del balcón.

Y ya perdí la cuenta de los orgasmos que me ha hecho tener. Quiero un descanso. Pero tampoco puedo hablar, debido a la mordaza en mi boca.

Se corre sobre mi vientre y cierro los ojos un momento, antes de abrirlos y parpadear para intentar enfocar su imagen.

Sin poder evitarlo, mis ojos se cierran de nuevo y siento que el cansancio me arrastra, sumiendome en un sueño profundo.

....

Suelto un bostezo, estirándome. Noto que ya no estoy esposada hasta ese momento. Aunque si me mantienen cautiva. Los brazos de Christopher me mantienen tan pegada que me estoy muriendo de calor. Y eso que sigue haciendo frío afuera.

Veo que dejó mi teléfono en el buro del lado donde estoy, lo alcanzó, encendiendolo, las notificaciones no tardan en llegar, mensajes y llamadas. Miles de ellas. Todas de Stefan.

Te necesito.

Rachel, atiende, por favor.

Se que tienes otras cosas, pero te necesito.

Contesta...

Solo son una pequeña parte de ellos. Aunque no los leo todos. Bajo hasta el último. Me hunde el pecho, pero me convenzo de que no es mi culpa.

Si Rachel no hubiera ido con Stefan.Where stories live. Discover now