CAPÍTULO 24: Cuentas claras. (+18)

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Ya todos más animados y con las pilas bien puestas después de almorzar, algo pasada la hora, pero eso sí comieron como reyes, Luis se acostó en una hamaca, debajo de varios árboles, a descansar un rato, mientras tanto Robert sentado junto a él comenzó a armar un buen tabaco de marihuana para bajar la comida, mientras que Pablo y Pedro aguardaron tranquilamente para darle una buena fumada.

Pero Pedro se quedó algo pensativo, no se sacaba de la cabeza lo que le sucedió con Blanca, así que cuando Robert terminó de armar el tabaco, él se lo arrebató de las manos rápidamente, lo encendió y le dio una buena aspirada(patada) disfrutando mientras el espeso humo salía de su boca y se disipaba con la fresca brisa de la tarde. Luego se levantó y se dirigió a la cocina a conversar con la joven, pues notó que era propicia la oportunidad, ya que se encontraba sola y muchos de los muchachos estaban distraídos realizando sus faenas diarias o descansando un poco.

—¿Cómo estás, chama? ¿Todo bien?. —La abordó amistosamente, para que ella no se sintiera intimidada, pero Blanca rápidamente dio un giro brusco en su cuerpo al percatarse que se trataba de Pedro, se apenó y bajó la mirada.

—Hola Pedro, todo bien por aquí, yo arreglando la cocina para preparar la cena más tarde. —Señaló Blanca un poco sonrojada por la inesperada visita de Pedro, que obviamente la tomó por sorpresa. El chico que le gustaba al fin le dirigió la palabra.

—Blanca, tengo que hablar contigo sobre lo que sucedió anoche. —Indico, con la voz sensualmente ronca el joven y apuesto moreno.

—Qué?, que sucedió anoche?. —Balbuceó las palabras, la joven sonrojada.

—Te encontré durmiendo en mi cama y yo no te di permiso para hacerlo, ya que tú sabes perfectamente donde tienes que dormir. —Apuntó tajante Pedro, para dejarle las cosas bien claras.

—Te pido disculpas Pedro, no lo hice con mala intención y mucho menos quise desaprobar tus indicaciones, es que anoche muchos de los muchachos estaban ebrios y me dio miedo de que fueran a violarme o algo así. —Susurro encorvando los brazos y bajando un poco la cabeza, para generar un poco de lástima en Pedro.

—Eso no pasa aquí en la base chama, los muchachos no son locos para hacer una vaina aquí, cuando saben perfectamente que fui yo quien te trajo. Sí, eso llegará a suceder, quienes lo hagan tendrán una sentencia de muerte. —Enfatizó con mucha seriedad en sus palabras, levantando la cabeza y mordiéndose un poco sus carnosos labios inferiores. Ese gesto excitó a Blanca, quien se quedó paralizada con la boca abierta, mirándolo en forma distraída o lela, sin poder ya ocultar sus sentimientos hacia Pedro.

—Lo siento mucho Pedro, no pensé que te molestarías por eso, como tú has sido muy bueno conmigo, pensé que no habría problemas. —Masculló esta vez mirándolo fijamente con sus enormes ojos claros.

—Una cosa es que yo sea bueno contigo, pero no te he faltado el respeto y no quiero que lo vuelvas a hacer, por favor. —Exclamó subiendo un poco el tono de voz, de manera que le quedara claro como eran las cosas en la base.

—Está bien Pedro, te pido nuevamente disculpas por haberlo hecho, a mí me gustó mucho dormir en tu cama, pues es sumamente cómoda y acogedora, yo, por el contrario, tengo que dormir en una incómoda hamaca. —Específico la impertinente joven, cosa que lo sorprendió por completo.

—Lamentablemente, las cosas son así en la base, tienes que acostumbrarte, podrás dormir en mi casa si yo te doy permiso. —Añadió el joven sonriendo un poco, palabras que provocaron mucho más a Blanca.

—Espero que sea pronto, no me acostumbro a dormir en la hamaca, no me gusta, siento que me puedo caer. —Aclaró la chica, esta vez sonriendo un poco en señal de coqueteo. Aptitud que Pedro ya había notado hace rato.

Pedro se despidió de Blanca y se dirigió nuevamente al grupo de los muchachos con una sonrisa en el rostro imposible de no ser notada. Por el contrario, Blanca dejó al pure(el viejo) un momento cuidando la cocina y se dirigió al rancho donde dormía. Cerro la puerta rápidamente y se colocó detrás de ella para evitar que alguien entrara inesperadamente, se bajó un poco su pantalón, ropa interior y comenzó a tocarse la vagina.

Ella estaba completamente caliente por la conversación que tuvo con Pedro hace minutos y comenzó a introducir sus dedos suavemente dentro de su flor, haciendo movimientos lentos y rápidos; imaginando que tenía Pedro dentro de su ser, arremetiendo contra ella una y otra vez, besándola apasionadamente cortándole la respiración.

Blanca comenzó a sudar y a tener espasmos, corrientes que erizaron su suave, delicada y tostada piel por el Sol. Sus flujos vaginales empezaron a salir de su vagina y a mojar sus dedos, pero ella continuó introduciéndolos cada vez más adentro, para terminar en un profundo orgasmo que hizo que se agachara un poco hasta contener la respiración por un instante. Por su parte, Pedro llegó al grupo de los muchachos sonriendo y Luis lo notó.

—¿Habla claro? ¿Qué pasó con la loca? Echa el cuento. —Preguntó Luis entre risas.

—Verga, hable con ella y aclaramos todo el beta(la situación) y ya estamos bien, no tenemos problemas. —Apuntó Pedro, tratando de cambiar ahora el tema de conversación.

—Pedro te conozco como si te hubiera parido, ¿qué pasó? —Esperando Luis que comenzará a contar con lujo de detalles la conversación que tuvo con la joven.

—Ya deja la ladilla, después te cuento. —Finalizó Pedro, esta vez cambiando el tema a la mercancía que tenían que trasladar. Luis se quedó mirándolo con cara de desagrado, pero comprendió que Pedro no quería darle información porque estaban Pablo y Robert presentes y él es un poco reservado. Pero justo volteó como por instinto y vio a Blanca saliendo rápidamente de su rancho, algo apresurada y despeinada.

—Verga Pedro, pero la dejaste mal, seguro fue a hacerse la paja(masturbarse) la loca pensando en ti. —Luis exclamó soltando una larga carcajada. Pedro volteó a mirarlo y no pudo contener la risa.

—Coño Luis todo el tiempo, tú con tus vainas(cosas). —Finalizó Pedro observando a la joven mientras se dirigía apresuradamente hacia la cocina.

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Nota del Autor:

¿Qué te pareció este capítulo? Déjame un comentario, esto me ayuda a continuar contando esta intrigante historia.

Besos. M.Garcia.

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Pedro CalleTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang