CAPÍTULO 8

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Annie

El tiempo pasa y no se que hacer en esta habitación grande, ya la he recorrido hasta los últimos rincones y me impresione con todas las cosas qué hay, desde un tocador gigante y hermoso hasta un armario que es un vestidor con ropa al estilo demoníaco —aunque prefiero usar mi propia ropa —el baño tiene una tina inmensa con productos de mujer.

Pareciera que todo lo hubiera preparado porque tenía la certeza de que me iba a venir con él, cuando me canse de caminar y recorrer todo cojeando me recosté en la cama y me concentré en la pared.

No sé ni cuánto tiempo llevo pero todo ese tiempo lo dediqué a recordar como Dereck me decía que iba a ser su esclava, ¿que implicará ser su esclava? ¿Es un rol sexual? ¿Me tendrá de limpiadora o cómo? Lo único que sé es que nada bueno sale de su cabeza retorcida.

Mi pierna duele menos, se está curando con menor rapidez, no como lo hubiera deseado pero si está sanando y creo que para mañana no tendré nada.

Escucho unos toques en la puerta y me incorporo colocando los codos en la cama.

Sé que no es Dereck, porque siendo él hubiera entrado y ya.

—Pase —digo en voz alta y veo a entrar a una mujer rubia muy linda.

Cuando está frente de mi agacha la cabeza y me hace una reverencia.

—Buenas noches, Reina —dale con lo mismo de decirme Reina —, soy Tarantina, su sirvienta designada —, como se puede notar soy una bruja. Le he llamado para informarle que el rey la quiere ver en sus aposentos —se acerca dejando varias mudas de ropa igual en la cama —, quiere que lo vaya a ver así vestida.

Iba a mirar la ropa cuando veo que nota mi pantorrilla herida así que se acerca dejando la ropa en la cama, pero cuando se iba a acercar a mi duda.

—¿Puedo..? —asiento con la cabeza y la veo desenvolver la venda y quitar la gasa dejándome con la herida sanando expuesta —, la sanare.

Pasa su mano por la herida y de la nada comienza a cerrarse dejándome la pantorrilla como nueva.

Al terminar sonríe orgullosa de lo que hizo.

Tocó la pantorrilla y no hay rastro de que alguna vez un demonio me rasguño, que genial, lo hizo más rápido, ella me sanó.

—Gracias por sanarme.

—Bueno, más bien lo hizo usted misma, yo solo adelante el proceso. El rey le manda a decir que solo le dará diez minutos para que se aliste con uno de los trajes que le he traído, y que espera que haga obediencia a su llamado. Estaré en la cocina casi todo el tiempo pero usted solo tire de la cuerda que está al lado de su cama y vendré a usted lo más rápido posible.

Le sonrió. Ella hace una reverencia para volver a salir de la habitación.

Cuando se va cerrando la puerta giro la cabeza en dirección a la ropa que trajo y tomo una de las prendas iguales, cuando mis ojos ven mejor la prenda casi me atoro con mi saliva al ver que es un conjunto de la típica vestimenta de empleada pero sexy.

¿Qué mierda...? Hay una lencería de color negro igual para cada conjunto, de accesorios hay una gargantilla harajuku de púas, con una hebilla.

¿Esto es lo que quiere que use? ¿Está acaso loco? Sí, está loco de remate. Ni crea que me voy a poner estas porquerías.

Me coloco que pie y miro el reloj de la pared.

Bien solo faltan dos minutos, para que se cumpla los diez minutos que me dio y no he parado de pensar en si colocarme esa estupidez o no.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora