CAPÍTULO 14

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Annie

—¿Que? ¿Por qué no me lo dijiste? —chille preocupada al siguiente día.

Sí, esas fueron las palabras que dije cuando Dereck me recordó que se corrió dentro de mi y sin un supuesto condon, ¿que diablos es eso?, los hombres lobo lo hacemos y pues... los machos se corren fuera para evitar embarazos, no tenia ni idea de que eso existiera.

Según las palabras de Dereck: "es una invención del inframundo que pronto hará la humanidad y lo tomará como suyo"

Me preocupe tanto que no quería salir al siguiente día a conocer los reinos, más bien me quede en el castillo a leer o bueno, a intentar leer, ya que el recuerdo de saber que se corrio dentro de mi me dejo paranoica.

A la hora de la cena fue más insoportable al tener las malas miradas de la reina Lila y la hermana de Dereck.

Estás dos se trataban como las mejores amigas de la vida.

Todo en mi estaba tranquilo hasta que estuve en mi habitación intentando dormir para pasar el tiempo y... y me comencé a excitar.

Por un maldito momento olvide en que temporada estábamos y toda la mierda que hacía.

Me negué... intenté luchar contra las ganas que sentía, intenté olvidar todo, pero al ya ser tocada solo empeoro las cosas, las alucinaciones normales llegaron pero esta vez más vivas y casi que palpables, comencé a caminar por toda la habitación intenta respirar mejor, intenté cantar canciones infantiles humanas para distraerme, hice de todo cuanto pude pero nada...

Al ser ya tocada solo me hizo sentir dolor en el coño, un dulce dolor tormentoso que me hizo caer de rodillas al piso y analizar mi situación en ese tiempo de crisis; o sea, dejarme llevar.

Entonces corrí hasta la oficina de Dereck y me le coloque encima para luego sacarle el miembro y enterrarme en él. Su cara de sorpresa fue efímera y remplazada por una sonrisa.

Poco a poco creció dentro de mi, pero me salí y coloco el supuesto condon y espero que esa mierda funcione porque no sé qué haría con un bebé.

Disfrute y más disfrute.

No volví a salir por días enteros de la habitación de Dereck, no los conté... no tengo ni idea solo sé que seguimos aunque no fuera temporada de calor.

Seguimos aunque mi martirio hubiera acabado, seguimos, no salimos para nada, la habitación olía a sexo, nos traían la comida a la habitación también y no había tanto problema con cambiarme ya que Dereck había pasado mi ropa junto con mis cosas a la habitación.

Pero hoy... hoy salimos por fin, hoy fue un ya basta de follar como maniacos, Dereck tiene que regresar a hacer sus cosas de rey.

Y solo ahí me di cuenta que pasó una semana y cuatro días desde que perdí mi virginidad.

—Ya me tengo que ir —lloraba Tarantina en mi hombro.

Le acariciaba el cabello tratando de calmarla.

—Lo siento, no pude hacer nada, lo lamento tanto, pero hablaré con él, no te va a matar. Te lo prometo —aleja su cara de mi cuello y me sonríe negando con la cabeza.

—No puedo escapar de mi destino...

Salió de la habitación pero la seguí, cuando estábamos al pie de las escaleras ahí estaba, Axel, el maldito rey del aquelarre observando con detenimiento a Tarantina.

Me acerco a él con rapidez y le sonrió.

—Le llegas a hacer daño o a matarla y considérate mi enemigo —le advierto y lo único que hace es sonreír —, y va muy en serio.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Where stories live. Discover now