CAPÍTULO 16

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Annie

El ambiente se comenzó a tornar pesado, Dereck me advirtió en el auto que este lugar era lo más oscuro y desagradable que podía encontrar en el inframundo, fue cuestión de estar en la entrada de este reino para escuchar lamentos, cosa que me hizo apretar con más fuerza la mano de Dereck; aunque aquello no le molesto para nada, sino que amo que lo abrazara más.

Cuando mi pie piso la entrada del castillo es mucho peor de lo que pensé.

Las torres negras se elevan a lo alto y la niebla roja se hace presente por todas partes, mientras, el castillo se veía oscuro, viejo pero a la vez firme y duradero, y ese detalle que me había contado hace días; el conducto de las almas perdidas salta a la vista sobre mi cabeza.

Me acurruco más al brazo de Dereck cuando escucho varios gritos femeninos y masculinos desgarrados de dolor y llanto para luego aullar, joder, una mujer lobo.

Pero lo más grotesco de este lugar eran las risas, risas llenas de satisfacción, ansias y locura.... Demonios, quizás castigando.

—No te estreses, tu nunca terminarías como ella, su grito me hace saber que está siendo torturada con navajas por todo su cuerpo.

—¿Po-por qué le hacen eso?

—¿Quieres saber que pecado? —asiento con la cabeza y el besa mi cabello —, engañaba y enamoraba a hombres lobo para llevarlos a el sector neutro, ahí los vampiros los despedazaban por completo.

A mi mente llego el recuerdo de la ola baja de masacres que se estaba cometiendo en la manada capital, nadie sabía quién era hasta que alguien del pueblo vio a esta chica y le dio aviso a mi hermano, y como no estaba ahí mi madre me contó que la estrategia de Danton fue fingir que estaba despechado por la muerte de su pareja para dejarse "llevar" por esta tipa.

Lo qué pasó después fue un desastre de sangre y desmembramiento, los vampiros supieron por primera vez el puño de la ira de mi hermano.

Y frente a todo el pueblo acuchillaron a la mujer para luego ser decapitada.

—¿Las torturas son las mismas por la muerte de su pecado? —Dereck me sonríe ante mi curiosidad.

—Depende, si tuvo pecados que los orillaron a la muerte pues esa será su tortura, pero si muere con pecados, pero no con una muerte trágica a causa de ellos pues simplemente se quemarán en un foso que está en el sótano del castillo.

Lo dice con tanta tranquilidad que me estremezco por completo, todas estas cosas suenan para mi como una maldita locura, pero para él es un simple juego de niños.

Tengo tantas ganas de decir algo porque a pesar de que toda esta gente haya hecho mal, sus gritos me perturban, mi lado más sensible se hace presente porque no estoy acostumbrada a escuchar tanto desgarramiento de gargantas al gritar —ni siquiera en las guerras que he presenciado —esto es peor que una maldita guerra... esto es el inframundo.

—¿Y como es Desesperación? —le pregunto a Dereck intentando hacer de lado cada grito.

—¿Estas tan interesada en él? —dice enarcando una ceja y yo ruedo los ojos ganando que se detenga.

—¿Acabas de rodar los ojos, lobita? —me dice entrecerrando los ojos con severidad.

—Un poquito... —digo lamiéndome los labios, cosa que él noto.

No me dejo hacer más cuando ya lo tenía con su mano en mi cintura y la otra en mi nuca.

—Las lobitas malas y antipáticas son las únicas que ruedan los ojos de esa manera... —la mano que tenía en mi nuca la usa para acercarme a su cara, busca tenerme a su merced, indefensa.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora