Número Equivocado

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Pov Daniela

-¿Se puede saber cómo es qué estás en Bogotá desde el viernes y hasta ahora es que nos venimos enterando?- reclamaba Pau sacándome de mis pensamientos, secundada por una mirada de reproche de parte de Kim mientras íbamos rumbo a la cafetería.

Después de pasar el sábado con la familia de Poché le pedí que se fuera a dormir a mi apartamento y el domingo la llevé en la noche a su casa y regresé a la mía. Papá había regresado el sábado en la noche de Los Ángeles y me estaba esperando para que le explicara por qué había acortado mi estadía allá. Obviamente no le dije la verdadera razón, simplemente le dije que discutí con Santiago y en un arranque de rabia decidí regresar.

-Lo siento ¿sí? Pasaron muchas cosas y tuve que encargarme de ellas al regresar- le expliqué a sabiendas de que apenas nos sentáramos con nuestras bebidas me atacarían a preguntas.

Pedimos nuestras bebidas y apenas nos sentamos, les conté absolutamente todo lo que había ocurrido entre Santiago y yo y no esperaron para recriminarme el que no fuera aprovechado la oportunidad de terminarlo todo.

-Muchos piensan que es más fácil abandonar que ser abandonado y eso no es cierto. Dejar a Santiago terminó convirtiéndose en una encrucijada a la que no le encontré salida. Soy consciente de que no hay amor por lo menos no de mi parte, pero sentí culpa, sentí una deuda emocional con él que me impidió mantenerme firme para romper la relación-.

-La culpa fue tu principal razón por la cual no pudiste dar por terminada la relación, no quisiste hacerle daño a alguien que es valioso en tu vida y en cierto modo es entendible, sabías que lo ibas a lastimar con la ruptura y no quisiste cargar con ese peso, y te resultó más fácil delegar en él la decisión de terminar con todo. En últimas decidiste eludir la responsabilidad que implicaba esa decisión- Kim como siempre dando en el clavo -Calle esta situación no va a traer nada positivo, si no tomas la decisión adecuada esto va a dar lugar a una gran confusión que va a afectar, tanto a ti, como a Santiago y a Poché- me tomó la mano y me habló como siempre lo hace con firmeza, pero sin perder su característica dulzura -Y si es así como dices que no hay amor de tú parte, entonces lo mejor es que cierres tu historia con Santiago de una forma sana-.

-¿Cómo diablos haces para siempre tener la razón?- le apreté la mano con cariño.

-Más que siempre tener la razón me gustaría poder hacerte entrar en razón- me miró atentamente.

-Voy a solucionarlo ¿Ok?- ella asintió con una sonrisa.

-Bien, pero regresaste el viernes y hasta hoy es que sabemos de ti ¿Se puede saber por qué?- preguntó una impaciente Paula.

-¿O por quién?- alzó la ceja insinuante Kim.

Automáticamente una sonrisa traviesa se dibujó en mis labios al recordar todo lo que hicimos Poché y yo durante todos estos días en mi pent-house. Sonrisa que no pasó desapercibida para Paula.

-O por Dios, le hiciste una encerrona a Poché durante todo el fin de semana- abrió los ojos con sorpresa Pau -Te aprovechaste de su inocencia y la convertiste en una pervertida sexual- concluyó con una sonrisa maliciosa.

Rodé los ojos por su comentario idiota, cuando le iba a responder mis ojos divisaron a la chica que amo entrando a la cafetería acompañada de sus amigas. Nuestras miradas se encontraron y un escalofrío recorrió mi espina dorsal y mi corazón se agitó con fuerza, ahora lo que sentía al verla se había magnificado por infinito, ahora había sentimientos fuertes involucrados, había amor. También el sentimiento de pertenencia era más fuerte después de haber hecho el amor, ahora ella era mía y yo suya.

TE JURO QUE TE AMÉWhere stories live. Discover now