...Seguro Se Quitaron Las Ganas Anoche

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Pov Daniela

Tomé valor y salí de la habitación para buscar a Paola y saber de una buena vez si para variar había metido la pata anoche, bueno en este caso los dedos. El olor a café me llevó hasta la cocina y efectivamente allí se encontraba ella, estaba de espalda volteando algo en la estufa, el que llevara solo una camiseta que no le llegaba a cubrir su trasero y dejaba a la vista la diminuta pieza de lencería que llevaba puesta no ayudaba mucho a mi ruego de que no haya pasado nada anoche entre ella y yo. No podía negar que Paola es hermosa y viéndola en estas fachas tengo que admitir que tiene un trasero digno de admirar lo confieso, pero eso no significa que quiera tener algo con ella o acostarme con ella, por lo menos sobria no y aun sigo rogando que ebria tampoco.

-Bu-buenos días- me apresuré a decir antes de que malinterprete el que la estuviera viendo.

Ella volteó luego de apagar la estufa y me regaló una amplia sonrisa -Buenos días dormilona, ya me preguntaba cuando era que ibas a salir de mi cama-.

-Si bueno, lo siento, estaba agotada- rasqué mi nuca.

‹‹¿Agotada de qué idiota? ¿Dios por qué estoy tan nerviosa?››

Ella ahora sonrió con picardía -Igual, espero que no te moleste que ande vestida así-.

-No, claro que no, digo estás en tu casa, puedes andar como quieras, supongo- dije mirando hacia todos lados menos a ella.

-Claro, además luego de lo de anoche, ya viste de mi cuerpo más que suficiente- dijo seductoramente.

Cerré los ojos con fuerza, maldición, no puede ser, lo hice, le falté nuevamente a Poché, así ella no esté conmigo, así lo siento.

-P-Paola, yo...lo siento , de verdad...lo lamento. Anoche estaba inconsciente y no sé lo que hacía- dije mientras cubría mi rostro completamente sonrojado por la pena.

-Por fin lo recuerdas- dijo con un tono de voz cómplice.

-Lo lamento, por favor discúlpame, no recuerdo muy bien- dije ahora viéndola aun avergonzada.

-La pasamos muy bien- suspiró -Por lo menos yo lo hice y creía que tú también- me miró fijamente alzó una de sus cejas y sonrió pícaramente. No sabía que responder, mi corazón comenzó a latir con fuerza de angustia -¿Segura que no recuerdas nada?- sonrió de manera perversa mientras caminaba hacia mí hasta que choqué con la pared

-Deja de hacer esto, es muy incómodo- le dije mientras mantenía mi mirada en el piso.

-Eso no era lo que decías anoche- se acercó más a mí -Dijiste que me follarías tan delicioso que no iba a querer que salieras de mi cama, pues ¿adivina qué?...después de anoche quiero mantenerte atada a mi cama- susurró cerca de mi rostro.

-Perdóname Paola, digamos que lo de anoche no cuenta, no estaba en mis cinco sentidos- recuerdo que yo comencé, pero estaba muy ebria, así que lo único que me queda hacer es pedirle disculpas.

-Es divertido - dijo de pronto.

-¿Qué?- pregunté confundida y ella me mostró una sonrisa divertida.

-Ver tu cara, tu expresión de susto es divertida- me decía mientras ponía sus manos sobre la pared a la altura de mis hombros acorralándome.

-Para mí no es divertido- afirmé seria.

-¿Entonces quieres divertirte conmigo?- se rio de mí, después quitó sus manos de la pared y se fue alejando de mí unos cuantos pasos y recostó su cuerpo en la isla de la cocina -Anoche no pasó nada de lo que te estás imaginando Calle-.

TE JURO QUE TE AMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora