Capítulo 12

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Aunque en un principio solo estaba durmiendo en el agua tibia, al parecer esta se fue enfriando poco a poco. Sentí como si la sangre de todo mi cuerpo estuviera siendo drenada.

Mi condición no era tan grave, en realidad nunca pensé que pudiera sentir tantas emociones seguidas en tan poco tiempo, pero esto era diferente a los que sentía con Baek Doha. Cuando estuve con Doha podía tolerar el dolor, es más al final pareció sentirse bien, pero esto definitivamente era diferente.

Tuve realmente miedo de poder morir, tanto que sentí un gran escalofrió recorrer por todo mi cuerpo. En ese instante cerré los ojos, parecía como si todo acabara. Tenía miedo, así que preferí abrir mis ojos de nuevo y me colgué desesperadamente de Baek Doha sin hacer ruido.

Él me vio y dijo-: Si hago que mis feromonas de Alpha Real fluyan hacía a ti para calentarte, causarán un gran problema. Yoo Seolwoo, temo que no puedas soportarlas.

-Hey oye, Seolwoo, respóndeme.

-Ayúdame... -Miré a Baek y apenas pude pronunciar una palabra. Las lágrimas corrieron
por mis ojos abiertos. -No... No quiero morir... No quiero morir...

-¡Hey! ¡maldición! -Baek Doha sollozó y me abrazó.

Tomó mi cuerpo débil, me sacó de la bañera y me secó suavemente con una toalla. Buscó apresuradamente mi ropa y me la colocó, sacó uno de sus abrigos y me cubrió y envolvió con una manta. Luego me abrazó de nuevo e inmediatamente me llevó corriendo.

No estaba muy consciente así que no pude ver muy bien. Cuando ingresé al baño había una luz brillante del atardecer, pero ahora todo estaba oscuro, ya era de noche. Podía ver algo que se nublaba. Los recuerdos de mi infancia me vinieron a la mente, era todo tan abrumador. Los copos de nieve eran como los de esa época, cuando esperaba a mi madre acurrucado en un rincón frío de la habitación.

En ese tiempo cogía muchos resfriados severos, mientras ella disfrutaba emborracharse con algún extraño. Cuando volvía a casa, me echaba y el hombre que la acompañaba me daba algo de dinero para que me alejara. Yo visitaba la tienda de conveniencia cerca de casa, compraba una taza de fideos y me sentaba a esperar. Estaba tan frío y la nieve caía
haciendo que mi nariz se tornara roja.

No tenía ni el más mínimo sentimiento por querer llorar, puede ser que hasta de eso me olvidé debido a las preocupaciones que tenía.

-Seolwoo, ¡hey, contesta!

Todo eso había quedado atrás y ahora estaba llorando en los brazos de un hombre al que
recién conocía. Todo era muy extraño. Incluso cuando fui un niño nunca lloré, pero ahora estaba llorando sin parar en los brazos de este hombre. Mis emociones estaban todas incontrolables, mis glándulas lagrimales estallaron. Las lágrimas, que creía secas, se derramaban sin parar por primera vez frente a este hombre.

-Está bien, está bien. Tú ocúpate de llorar todo lo que quieras. Nadie se ha muerto, no eres una persona desafortunada por favor no pienses eso.

Mi cuerpo húmedo había comenzado a sentirse cómodo, tal vez sea por la temperatura cálida de este hombre. Desde el día que lo conocí en la competencia de Inglaterra me convertí en su objetivo. Ese día lo vi y recuerdo que lucía como un hombre ardiente bajo la luz solar que
caía directamente sobre su piel.
Su mirada hacía mí, su aliento, su cuerpo cuando me roza y sus feromonas; todo logró desvanecer las barreras que protegían con tanta fuerza mis sentimientos.

-¿Dónde está al hospital que frecuentas y quién es tu médico? -Me metió en el coche y me abrochó el cinturón de seguridad.

Tan pronto como respondí con un murmullo, puso en marcha el coche.

Hunting Night (Noche de caza)Kde žijí příběhy. Začni objevovat