veintisiete

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Min no habló mucho, ya que Jeongguk está intentando recomponerse lo suficiente para preparar el desayuno, por lo que se sienta encima de la mesa, con las piernas colgando de un lado, balanceándolas un poco mientras su cola de gato hace lo mismo. Jeongguk se toma el tiempo de estudiar su ropa, un simple par de jeans oscuros con un jersey de cuello alto negro a juego. Tiene los pies descalzos, pero, sinceramente, Jeongguk está bastante sorprendido de que un... ¿Gato que cambia de forma? Sepa cómo vestirse.

Lo dice cuando deja el plato de Min en la mesa, y el otro chico se sonroja, tan rosa como su pelo. Adorable.

—No... No me gusta. —murmura, con las manos hundidas en la comida mientras se la lleva en la boca. Jeongguk hace una mueca.

—¿No te gusta la ropa?

Recibe un asentimiento como respuesta, la boca de Min está sucia como cuando está en forma de gato.

—No metas los dedos en la comida. —se queja Jeongguk, después de verlo hacerlo dos veces más. —Es sucio. Te traeré una cuchara.

La cuestión es que Min no sabe cómo usar correctamente una cuchara. Lo aprieta demasiado fuerte y lo sube demasiado rápido, poniendo más sobre la mesa frente a él que en su boca.

Jeongguk intenta no perder la cabeza.

—Ji. —dice Min, tras un rato de silencio. Su boca está llena de un lado, creando un bulto desigual en su mejilla.

—¿Ji?

—Mi... nombre. Jimin.

—Oh. —Jeongguk siente que sus cejas se alzan. —¿Así que es más largo que solo Min? No lo sabía. Ji...min. Comprendo. ¿Y por qué exactamente no puedes hablar?

Jimin, como lo conoce ahora, arruga sus rasgos faciales de forma tierna. Se ve demasiado adorable así, luciendo tan frágil y delicado, con aspecto de necesitar con urgencia la ayuda de Jeongguk pero sin querer admitirlo.

—Las palabras... Se van. —murmura, luciendo contemplativo. —Necesito tiempo.

Jeongguk tararea, tomándose unos segundos para formar bien la oración. —¿Pierdes la capacidad de hablar con el tiempo?

El chico asiente con la cabeza, una sonrisa adornando sus rasgos por haber transmitido bien su punto. El más alto responde con otra sonrisa.

—Igual las estás recuperando bastante rápido.

—Entre más charlas... —dice Jimin felizmente, su cola moviéndose detrás de él en lánguidos movimientos. —Mejor conversación.

Jeongguk repite esas palabras en su mente, entendiendo el mensaje. —Bueno, siempre he hablado mucho contigo. Espero que eso te ayude a recuperar el habla lo antes posible, así quizás puedas contarme bien lo que está pasando.

—Espero que sí. —dice, pero sus orejas están planas contra su cabeza.

Incluso con esta nueva capacidad de comunicarse, Jeongguk siente que lo entiende menos que nunca.

LONELY [kookmin]Where stories live. Discover now