Shu Kurenai

926 48 14
                                    

Shu es el tipo de novio que no se pondría celoso cuando le hablaras de un amigo; sino que te ayudaría y aconsejaría.

—¡Shuuu! —Entraste a la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Shuuu! —Entraste a la habitación.

Hace meses que se habían mudado para vivir juntos en un departamento. Era lo suficientemente amplio para que cada quien tuviera su propio cuarto, una sala para estar, el comedor y cocina, y dos baños.

—¿_______________? ¿No deberías estar en clases de piano ahorita mismo? —Dejó de cortar algunas verduras. Se limpió las manos en el mandil que usaba y se recargó en la barra.

—Se supone —te encogiste de hombros—. Desde hace días te digo que hay un chico que me acosa y es molesto tener que decírselo todo el tiempo.

—Y yo te dije que le avisaras al profesor.

—El profesor es su padre, Shu. —Le quitaste importancia con un movimiento de la mano—. De lo que te quiero hablar es sobre un amigo —mordiste un pedazo de manzana que tu novio había cortado—. ¿Te acuerdas de mi amigo que es de género fluido?

—Hmm, ¿el que compró un Powerade azul y creyó que se convertiría en pitufo?

—Ese mismo.

—Entonces sí.

—Pues hace poco me contó algo que le ha estado sucediendo, y quiero ayudarlo.

Ambos fueron al sillón café que decoraba su sala de estar con cojines blancos y beige.

—Una de sus amistades —comenzaste— ha estado haciendo comentarios... que son incómodos para él. Me tocó estar presente cuando pasaba. Realmente no tiene pudor —tu tono mostró el veneno que sentías al recordar lo de días atrás.

—¿Qué clase de comentarios? —Se cruzó de brazos, sabiendo que tenías su completa y total atención.

—Comentarios insinuantes. —Suspiraste calmando la ira creciente que emergía de tu interior—. No quiero decirlos en voz alta. Pero ten por seguro que no fue algo bonito de presenciar.

—Ya veo...

—Dice que no quiere separarse de su amistad. Se sentiría muy culpable. —Pausaste por un momento—. Luego de un tiempo, comienza a sobre pensar las cosas. Se echa la culpa a sí mismo, cuando en realidad nada de eso es su culpa. Y también me enteré de varias cosas más que no sabía de él. —Te abrazaste a ti misma. ¿Realmente tu amigo pasó por todo eso? Era de las personas más fuertes que conocías en toda tu vida.

Shu te abrazó por los hombros atrayéndote hacia su cuerpo. Recargaste tu cabeza en su pecho, sintiendo su calor. Te reconfortó el hecho de que tu novio fuera alguien que sabe escuchar cuando estás pasando por momentos como esos.

Y que no se pone celoso por asuntos triviales como lo son hablar con un amigo.

Te ha tocado presenciar los novios de unas amigas y son tan pegadizos como una mosca que no las dejan ni respirar sin que ellos no se enteren. Era una actitud tóxica que te molestaba. Pero no les podías decir que terminaran sus relaciones. Si lo hicieran, sería por la cuenta de tus amigas. Lo tendrían que hacer ellas mismas sabiendo que es por su propio bien.

—Le he intentado hacer saber que estoy ahí para él para lo que necesite; que si existe una persona que estaría dispuesta a escucharlo y abrazarlo a pesar de las tormentas que haya, seré yo. Pero no creo que me haya creído —entrelazaron sus manos—. Ya no sé qué más decirle para convencerlo de eso. Y si en realidad ya no hay nada que yo pueda hacer para ayudarlo..., me gustaría que hablara con alguien que tiene más experiencia en esto.

—¿Quieres que vaya con un psicólogo? —Tu pareja pronunció las palabras que te atormentaban desde que le diste vueltas a ese asunto.

Últimamente, el hecho de que alguien vaya a un psicólogo se ha convertido en algo frágil y serio para ti.

No es que creas que tu amigo tenga serios problemas mentales o algo parecido, pero sí te gustaría que ganara el autoestima y la confianza en sí mismo que merecía. No tanto para erradicar una actitud que tiene: sino que aprender a cómo mantenerla a raya sin que le afecte más. Echarse la culpa sobre sus hombros por alguien que no valía la pena hacía que se te oprimiera el pecho.

—No. Yo... Quizás, sí —balbuceaste—. Solo quiero ayudarlo. Eso es todo.

—No tienes que avergonzarte de pensar eso, amor. —Shu te tomó el rostro y juntó sus labios lenta y cariñosamente. No pudiste evitar derretirte en el beso—. Tu preocupación por tu amigo es genuina y el que consideres eso como algo que no cabe dentro de tus propias posibilidades, significa que entiendes la gravedad del asunto.

—No quiero que se enoje conmigo...

Lo habías susurrado con un nudo en la garganta. Las palabras quisieron atorarse en tu garganta, pero fuiste fuerte y las dejaste salir.

—¿Por qué habría de enojarse?

—Porque quizás piense que yo también le estoy juzgando.

—¿Pero lo haces?

—Por supuesto que no.

—Entonces esa es una tarea que él debería de tomarse. El ver las personas que se preocupan realmente por él. Y no digo que sea algo sencillo —suspiró—. Solo que no puedes poner siempre a los demás sobre ti mismo.

—¿Por qué?

Te volteó a ver de reojo. Tu silueta sentada en el sillón viéndolo expectante hizo que su pecho se llenara de calidez. Así que solo cerró los ojos sonriendo.

—Porque, tarde o temprano, llegará una persona, o tal vez más, que te hagan querer ser tan siquiera un poco egoísta una vez en tu vida.

—Pero...

—No me hagas caso —se encogió de hombros—. Solo estoy diciendo incoherencias.

—Yo en serio quiero que se aleje de esa persona. —Apretaste los puños sintiendo tu sangre hervir.

—No es tan sencillo como lo es decirlo, linda. Para algunas personas es inevitable mantenerse cerca de ciertas personas porque, o no tienen más amigos, o simplemente se les es complicado.

—Me encantaría entenderlo, pero...

Resoplaste tomando tu cabello. Intentar ayudarlo no es una tarea fácil; pero era tu amigo, y lo querías y lo apreciabas, y muy dentro de ti creías (y estabas segura) que esa actitud tóxica de su "amistad" solo lo haría caer en un abismo del que sería difícil levantarse.

—¿Sabes qué? —Te levantaste de un brinco, demostrando lo decidida que estabas—. Mañana le pediré que vayamos a algún lado para que le diga todo esto. Ya no puedo permitir que siga así. Aunque me crea egoísta por eso...

—Te amo.

Te quedaste parado en medio de la habitación viéndolo. Tus hombros comenzaron a temblar.

—Mañana se lo diré. Pero mientras —fuiste y abrazaste a tu novio sintiendo ganas de llorar—, me quedaré aquí recibiendo mimos de tu parte.

Shu rio.

—Por mí no hay problema.

Quitó su guante rojo de su mano para pasarlo con cuidado por tu cabello. Sentías que podías derretirte ahí mismo ante su tacto.

Así es, banda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Así es, banda. Sigo viva.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 27, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tipos de Novios Beyblade -PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora