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Ada


Quisiera decir que me hubiese encantado que ahora mismo el príncipe Erwen de Ostium este sangrando en medio del pergamino estirado en la mesa.

Pero mentiría si digo que eso fue lo que paso.

El cuchillo fue atrapado por el mango justo antes de que tocara la cara de Erwen.

Maldecí a Gray por haber hecho otro acto heroico que no le favorecía a nadie más que al príncipe.

-no paras de sorprendernos. – mascullo el soldado tirándome el cuchillo otra vez, supongo que sabría que lo atraparía. O no. No importaba, igualmente tome el cuchillo en el aire para después clavarlo en la mesa en frente mío.

-rápido, porque la próxima tu soldadito no agarrara el cuchillo. – le dije al príncipe, evitando preguntar por mi amigo y conocida, ¿Cómo es que dos personas que conocía muy bien, estaban sentados en la misma mesa que yo?

-niña tienes mucho rencor en tu corazón ¿quieres contarnos algo? - sonrió Manya en frente.

-dudo que tengas la inteligencia para deducir lo que salga de nuestras bocas. – le respondió América. Era lista con las palabras, tenía que decírselo más tarde.

Vi como Manya quería lanzarle algo por la cabeza por dejarla en ridículo.

-basta. – nos frenó el príncipe serio, ahora más de lo que estaba cuando entramos.

Mire sobre la mesa a Daren. El miraba al príncipe como si quisiera matarlo, como si yo estuviera mirándolo. A ese nivel de odio.

Sus ojos parecían caídos, parecían... no tristes sino hartos y asqueados de toda esta situación. Tenía la ceja cortada. El labio roto, la piel craquelada, casi seca.

Sus manos estaban atadas atrás de la silla pesada que tenía abajo mientras su pelo rubio caía sobre su frente, casualmente el corte de pelo de mi amigo se parecía bastante a del príncipe y conociéndolo estaría maldiciendo también por eso.

-no nos dejaran irnos después de esto ¿porque te tendríamos que escuchar? – escupió veneno mientras hablaba mi amigo hacia el príncipe que le devolvió una sonrisa que me obligue a verlo, tenía los colmillos más desarrollados, como de un vampiro.

-¿dudas de mi lealtad oscuro?

Daren se revolvió en el asiento para tratar de acercarse. Note como Gray estaba alerta otra vez.

-no tienes derecho a llamarme así. – gruño.

Fruncí el ceño hacia Daren ¿acaso se conocían de algún lado?

Era simplemente imposible. Daren vivió toda la ida en el sector oscuro siendo mi amigo, tendría que saber si conoce al maldito príncipe de Ostium de algún lado.

-yo tengo el derecho de llamar a cualquiera de la forma que se me dé la gana. – se hartó Erwen golpeando la mesa, su mirada letal perforo a cada uno de los que estábamos en la mesa, se frenó en mi apretando la quijada. – si quiero los puedo mandar a matar ahora pero no lo hago. Les conviene callarse y escuchar.

-pero sin embargo no nos mataste ¿acaso nos necesitas principito? – le pregunté levantando a barbilla hacia al que estaba inclinado sobre la mesa.

Todos se quedaron callados mientras miraban a Erwen.

Él se incorporó sentándose otra vez en el asiento mientras trataba de respirar para tranquilizarse, pero no estaba nada tranquilo ya que me seguía mirando y sentía que me odiaba.

Guerra De Corazones (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora