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ADA

Aunque la noche estaba oscura aún podía ver la sonrisa intacta de Erwen entre sus labios carnosos.

Pero para ser sinceros, a mi nose si me parece la mejor de las ideas que tuvo el príncipe en estos últimos días.

Me metí el documento en el doble del vestido por la parte de mis mulsos para que se sostenga mientras caminábamos, porque si, teníamos que caminar.

Pero todavía no habíamos empezado a movernos hacia el castillo ya que, por lo menos yo, me quede hipnotizada un momento con nuestro alrededor. No lo había visto antes ya que la conversación era bastante interesante pero cuando fije mis ojos claros en el Campo luminoso, o en realidad solo a lo lejos se veía el pueblo de Can, bañado en la luz lunar plateada, clara, casi angelical, que parecía que solo se dirigía a esta como si la ciudad la atrajera siendo un imán. Un imán gigante y fuerte. Que necesitaba de esa luz.

Y lo mejor era que contrastaba con el Mar Oscuro, ya que este era, como indica el nombre. Oscuro. Y todo lo que se relacionaba con Can literalmente era todo lo contrario a lo oscuro.

-no podemos atrasar esto más. Tenemos que caminar. – dijo Gray, mire para el costado saliendo del trance de lo que tenía en frente, realmente nunca había salido del que era Ostium, y aunque Ostium era preciosamente dorado y caro. Can era atípico.

Y lo atípico era diferente.

Y lo diferente normalmente asustaba a las personas.

Porque es algo que no estás acostumbrado, que sale de tu zona de confort y que te provoca una sensación de miedo. Por eso normalmente nos alejamos de lo atípico solo para caer siempre en lo mismo. Pero creo que yo era hora de cambiar eso.

-si. – el príncipe borro su sonrisa que resultaba hasta extraña en su semblante normalmente serio. Se puso la mochila en la espalda y miro hacia el castillo.

-son dos kilómetros. - dijo América frotándose los brazos por el frio, Daren a su izquierda soltó una queja mientras pasaba sus manos por su pelo claro. Harto.

-pues empecemos porque tenemos que llegar antes que el sol salga. – me pareció tan raras las palabras de Daren que mire al cielo confundida. ¿Cómo el tiempo había pasado tan rápido? Supongo que literalmente el tiempo pasaba volando en el Bosque Plateado, siempre dijeron que cuando te adentrabas en él, arriesgándote a perder... el tiempo pasaba volando.

Comenzamos a caminar y debo admitir que me sentía un poco tonta al ver mis botas en conjunto al vestido tan elegante con incrustaciones de piedras negras. Evite pensar en la ridiculez de avergonzarme solo por lo que llevaba puesto y me concentre en no tardar más de lo de lo debido viéndome.

La adrenalina me lleno entera cuando Erwen empezó a hablar otra vez.

-vamos a tener que treparnos por la parte del costado, del castillo, donde hay una escalera para subir al techo. Después entraremos por uno de las ventanas del baño. Y ahí nos vamos a meter por la primera de las cuatro partes. –nadie le respondió porque yo creo que ya no había de que quejarnos. Me acerque a América que estaba en una esquina un poco apartada, hace rato ya que la notaba molesta. Nose si es que así era su personalidad o que en serio odiaba este plan y a los que estábamos metidos en él. Al fin y al cabo, no es que la conocía demasiado.

-a mí tampoco me encanta esto. – le dije suspirando, no sabía si los demás no escuchaban, tampoco me importaba.

-es que nos van a atrapar, lo sé. – me aseguro ajustándose los guantes.

-nose si nos van a atrapar, pero el plan tiene fallas. – le dije irguiéndome un poco, sabía que el príncipe nos estaba mirando y escuchando como hablábamos de su plan y como no iba a funcionar. - hay algo que no nos está diciendo. – mi voz se transformó en un susurro para que, ahora sí, nadie me escuche.

Guerra De Corazones (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora