Capitulo 2.

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Marta me miraba preocupada arrojada a un lado de mi cama, Gwen solo soltaba carcajadas limpias, estaba feliz de poder burlarse de mí, después de todo su hermana mayor había sufrido una de las peores vergüenzas en su vida, eso era lo que ella pensa...

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Marta me miraba preocupada arrojada a un lado de mi cama, Gwen solo soltaba carcajadas limpias, estaba feliz de poder burlarse de mí, después de todo su hermana mayor había sufrido una de las peores vergüenzas en su vida, eso era lo que ella pensaba, por mi parte, sí, hirieron mi orgullo, pero tampoco era el fin del mundo, sin embargo, no se lo diría mi hermana de doce años, dejaría que disfrutara de mi miseria por un rato.

—Deja de reírte—Marta regañó a Gwen, pero esta no le hizo ni un ápice de caso—. ¡Gwen! No ves que nuestra hermana está sufriendo.

—Lucy no está sufriendo, ¡mírala! —le devolví la mirada a ambas sin expresión alguna—. Está feliz.

—No me hace particularmente feliz que mi novio de ocho meses me confesara que era gay, Gwen.

—Pero eso evitó que le rompieras el corazón, al final ibas a dejarlo porque en tres días te irás—acusó ella apuntándome con su dedo índice.

Marta por su parte asintió pensativa.

—Tienes un punto, al final Lucy le ocultó a Carson que se iría.

—Es tan cruel como él.

—Es verdad, ambos son tan mentirosos.

—Estoy frente a ustedes, chicas—saludé haciendo un ademán con mi mano.

Gwen solo rodó los ojos, se levantó de la cama y salió de mi habitación. Ya se había burlado lo suficiente, ahora volvería a sus muñecos vudú en lo más profundo de la cueva de su habitación. Yo era desordenada, pero Gwen me ganaba en todo sentido, por otro lado, Marta era la chica organizada, educada y tierna de las chicas McDugents.

Marta seguía arrojada en mi cama, aún con un poco de lástima marcado en su rostro, tenía preguntas.

—Pregunta—le digo finalmente.

—¿Nunca sentiste algo diferente con Carson? ¿Los besos, las caricias, el sexo?

—La verdad es que no y nunca me acosté con Carson—Marta juzgó con la mirada—. Estoy diciendo la verdad, sigo tan virgen como el aceite de oliva.

—Si papá lo supiera sería el hombre más feliz del mundo.

—Estoy segura de que papá evitará el tema sexo de sus hijas, aunque estemos casadas y con hijos.

Papá había sido bastante mujeriego en su juventud, pero mamá lo amarró antes de que hiciera más locuras con su pene. Era muy hipócrita de su parte querer mantener a sus hijas castas hasta que él muriera.

Marta se removió en su lugar en mi cama, seguía nerviosa, tenía más preguntas, pero no sabía hacerlas, así que la animé.

—No quiero preguntarte sobre Carson, es un imbécil—aseguró ella—, es solo... Hay un chico en mi clase de inglés, se llama Damien.

La melodía de Lucy | Hijos de sus padres #1Where stories live. Discover now