Lucy era aquella chica que no conocía la palabra límites, quizás por eso no tenía muchos amigos y consideraba a su primo de dieciséis años como su psicólogo habitual y mejor amigo a tiempo completo.
Lucy nunca encajaba, era como una pieza de un romp...
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Fruncí el ceño enojada en dirección al tío Gaston, quería hacerle daño y él lo sabía, le dijo a mi tía Hanna que dormiría en un hotel por su propia seguridad, era lo mejor, la verdad quería dormir a gusto porque mañana nuestro avión partiría temprano y quedarme toda la noche haciéndole una broma cruel a mi tío no me dejaría descansar.
Pero se lo merecía, incluso papá quien estaba junto a mí en uno de los escalones de la escalera de la casa de tío Bart observaba a tío Gaston con advertencia.
—Tranquila cariño, lo va a pagar, lo prometo.
Apreté con fuerza mi mandíbula y las palmas de mi mano.
No habíamos ganado, mi tío Gaston dio los puntos necesarios para que Archie y Daniel ganaran la estúpida guerra de bromas. Me sentí estafada, ultrajada y tan decepcionada.
Miré al otro lado de la sala como el idiota de Daniel le restregaba el premio de cinco mil dólares a mi acompañante. Shawn sonreía, por un minuto olvidé lo enojaba que estaba y mi corazón se aceleró al ver sus hoyuelos en ambas mejillas. Suponía que su sonrisa era de burla, él obviamente tenía más de cinco mil dólares en su cuenta bancaria.
Los intocables se lucieron, había sido un buen premio y mis pequeños primitos ya estaban pensando qué hacer con su recompensa.
De nuevo la furia me llenó y mi mirada fue directamente a tío Gaston quien se ocultaba a las espaldas de tía Hanna. El cabello verde de Lucas destacando a un lado de él, se veía que estaba amenazando a nuestro tío.
—El vecino lo hizo muy bien—dijo papá luego de aclararse la garganta y llamar mi atención —. ¿Hacer una trampa de queso él solo? Incluso sus nudos quedaron perfectos.
—Aún estoy tratando de averiguar cómo aprendió a hacer una de esas.
Shawn le estaba diciendo algo a los chicos, Nina parecía estar hipnotizada con lo que fuera que les estuviera contando.
El efecto Shawn.
—Me agrada—dijo papá muy a regañadientes. Mis ojos se abrieron de par en par debido a la sorpresa, papá rodó los suyos—. Es... un tipo interesante.
—¿Acabas de decir que Shawn es un tipo interesante? —cuestioné incrédula.
—Lo dices como si hubiese dicho que descubrí la cura para el cáncer.
—¡Lo amenazaste!
—Amenazo a todos los hombres que se te acercan, Lucy, es natural, soy tu papá.
—Eso es una bandera roja de comportamiento de padre, papá.
—Connor no diría lo mismo.
—Porque tío Connor es una sábana de una cama queen size de color rojo.
—Bien—se cruzó de brazos—, solo digo que pasó la prueba, al menos me inspira confianza, no como Carson, siempre supe que algo andaba mal con ese chico, no te miraba como si no fueras lo único en la habitación en la que estás.
