Capítulo 25.

445 89 30
                                    

Estábamos seguros de que habíamos ganado y no era para menos, cada faceta que Shawn Kavanagh me mostraba era impresionante

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estábamos seguros de que habíamos ganado y no era para menos, cada faceta que Shawn Kavanagh me mostraba era impresionante.

¿Hacer una segunda trampa de queso sin siquiera recibir mi ayuda? El queso a la Shawn, la había llamado, era un nombre ridículo, pero él, mi amargado británico cascarrabias era un genio en las bromas y Lucas había probado una cucharada de su propia medicina.

¿Publicar el número de teléfono de Johan en una página de anuncios indicando que vendía crema anti acné en un excelente precio? El pobre seguía recomiendo mensajes y llamadas de personas desesperadas por un descuento.

¿Incluir salsa picante en el sándwich de Archie? No lo llevaron al hospital, pero la cantidad fue crítica, recibimos una advertencia.

¿Terminarle a la novia de Daniel a través de su teléfono? Fue un golpe bajo, pero en defensa de Shawn el pequeño demonio le había echado sal en el café. El británico se lo tomó personal.

Era un genio, pero también era manso, siguió cada una de las reglas descritas por los intocables y nunca hizo algo demasiado fuerte, a excepción de la pintura verde que aún permanecía en la piel de Lucas quien lo veía al otro lado de la gran mesa con cara de pocos amigos. Y por más que los pequeños demonios lo intentaron cayó muy pocas veces.

—Creo que ya no le caigo tan bien a Lucas—susurró él tomando su copa de vino antes de darle un sorbo.

—No lo creo, debes estar en un pedestal en este momento, lo que hiciste fue historia, apaleaste a cada uno de los hijos de los intocables.

—Excepto a ti.

—Excepto a mí —repetí—, pero eso es prácticamente imposible. Creo que pudiste notar que solo caí en la broma de cucarachas de Johan y solo porque estaba con la guardia baja.

Sus ojos brillaron, pero de nuevo no sonrió. Shawn había sido amable con cada miembro de mi familia y repartió sonrisas a diestra y siniestra a mi abuela, sin embargo, nunca dirigió una hacia mí, cosa que me hacía sentir un poco derrotada.

Íbamos a dar las gracias después de cuatro días de bromas pesadas entre los tres grupos, al menos este año no habíamos roto nada o dejado algo demasiado sucio como para ganarse un regaño de nuestras madres.

Papá al parecer había hecho las paces con el británico y ahora le sonreía abiertamente al vecino, como había sido apodado. Él estaba seguro de que resultaríamos ganadores también, pero todavía no se habían contabilizado los votos y no sería hasta después de la cena que mi tío Gaston hablaría.

—Señor Kavanagh, ¿y a qué se dedica? —Preguntó de repente el abuelo dirigiendo la conversación divertida del otro lado de la mesa hacia mi acompañante.

El abuelo no estaba contento con el vecino, por lo que escuché creía que se veía demasiado mayor para mí incluso cuando aclaré que solo éramos amigos.

La melodía de Lucy | Hijos de sus padres #1Where stories live. Discover now