Lucy era aquella chica que no conocía la palabra límites, quizás por eso no tenía muchos amigos y consideraba a su primo de dieciséis años como su psicólogo habitual y mejor amigo a tiempo completo.
Lucy nunca encajaba, era como una pieza de un romp...
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Desperté muy temprano nerviosa de lo que pasaría una vez saliera de mi apartamento, aunque la verdad es que no pude conciliar el sueño anoche. Al parecer Meera tampoco considerando que la chica me había enviado mensaje tras mensaje con berenjenas y gotitas de agua más el nombre de Shawn junto al mío.
Meera parecía estar shockeada por el hecho de que Shawn había aceptado el ir conmigo a casa, más todo lo que hizo para que no se llegara a malinterpretar absolutamente nada, pero si se enteran van a hablar, me había dicho la morena.
El timbre suena haciendo que mi atención hacia los emojis de doble sentido por parte de Meera sean dejados de lado, estaba segura de que su teclado de emojis en marcador rápido estaban repletos de su mente sucia.
Con las mejillas un poco enrojecidas abrí la puerta encontrándome con Shawn y su suéter de cuello alto.
Bien, pausa. ¿Shawn con traje? Perfecto. ¿Shawn vestido informal? Hermoso. ¿Shawn con smoking? Según Meera delicioso, concordé al ver una foto del hombre vestido de esa manera. ¿Shawn con suéter de cuello alto? Dios mío, ¿que hice para merecer ver tal perfección?
Mis ojos no pudieron evitar desviarse en dirección a su cuello cubierto con la lana de su suéter gris, tenía este look semiformal que completaba con un pantalón de vestir y mocasines. Mi hermana menor puede que muera al ver a tal hombre acompañándome.
¿Y ese olor?
—Huele como los malditos ángeles—murmuré sin pensarlo
La confusión adornó sus ojos, de nuevo mi rostro parecía tan encendido como un árbol de navidad.
—Dime que lo dije en francés.
—Lo dijiste en francés—confirmó él, por lo que suspiré aliviada—. Tienes que dejar de hacer eso.
—Lo sé, lo siento, es solo que no me acostumbro a pensar en inglés todavía.
—No hablo de hablar en francés, eso es... interesante. Me refiero a hablar sin pensar, en inglés, francés, español, chino, es indiferente. No sabes quién pueda entenderte—De nuevo parecía impasible, me ponía de los nervios—. ¿Llevas tu traje de dinosaurio?
Vaya cambio de conversación y de qué manera.
—Lucas quiso apostar conmigo, quien pierda debe usarlo en la cena de acción de gracias, al menos hasta que antes de una de nuestras madres nos regañe por no estar perfectos para la foto. Así que sí, si traigo el disfraz de dinosaurio—Shawn asintió como si lo que dijera fuera bastante normal. Lo miré insegura—. ¿Estás seguro de que quieres venir?
Shawn parpadeó como usualmente lo hacía cuando nada lo perturbaba, después se encogió de hombros.
—Ya tomé mi semana de vacaciones, no puedo arrepentirme ahora.
Sin poder evitarlo sonreí, lo decía tan en serio. Asentí y luego me di la vuelta para tomar mi maleta, siguiendo a Shawn al ascensor.
En el taxi aproveché de enviarle mensajes a todos, mamá, papá, Lucas y Meera, esta última enviando más emojis de berenjenas y exigiendo cada detalle cuando volviera.
