Lucy era aquella chica que no conocía la palabra límites, quizás por eso no tenía muchos amigos y consideraba a su primo de dieciséis años como su psicólogo habitual y mejor amigo a tiempo completo.
Lucy nunca encajaba, era como una pieza de un romp...
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Temía por el nuevo cambio de reglas, pero una vez dictaron los tres grupos quise golpear a papá. Lucas y Johan serían el grupo uno, Archie y Daniel el grupo dos, Shawn y yo el grupo tres.
—¡Eso no es justo! ¡Jamás se han unido todos los hijos mayores de cada intocable!
—Trajiste al vecino a la guerra de bromas, así que pensamos que sería interesante un cambio de grupos—dijo tío Louis mientras se encogía de hombros como si no fuese de gran importancia.
Ahora comprendía, mi familia estaba dejando la clásica guerra de bromas solo para probar a Shawn.
—¡Ni siquiera salgo con Shawn! Sé que están haciendo esto para que huya y tome el primer vuelo de vuelta a California.
Mi familia evitó mi mirada excepto tía Hanna quien asentía confirmándome el hecho.
—¡No es justo!—volví a reclamar—. ¡¿Cómo van a unir a Lucas con Johan?! ¿Están dementes? ¿Quieren que alguien termine en el hospital?
—No te creí tan miedosa, primita.
—Lucas, eres el peor de todos después de mí, tu mente macabra en combinación con la de Johan no me hace sentir segura.
—Mi mente es mucho más macabra que la de Lucas —se quejó Daniel al otro lado de la sala—. Te lo demostraré.
Y de repente mis primos empezaron a reclamar quien era el más macabro entre todos. No, mi familia no era para nada normal.
Mis tías intentaron calmar la situación, pero las voces iban en aumento y de un momento a otro todos tenían sus propias discusiones. Miré hacia Shawn avergonzada por lo que estaba sucediendo, pero para mí sorpresa había desaparecido. Giré mi cabeza de un lado al otro tratando de encontrarlo, pero no había nada.
¿Se había escapado tan pronto? ¿Estaría en su habitación empacando?
—¡¿Pueden callarse todos un segundo?!—Cuando logré tener la atención de mi numerosa familia en mí agité mis brazos un poco desesperada—. ¿A dónde fue Shawn?
Ahora todos giraron sus cabezas tratando de ubicar a mi acompañante, pero no había señales de él. Pude percatarme de la sonrisita triunfal de Lucas y para ponerme más los pelos de punta las de molestia de tío Bart y la victoriosa de tío George.
—Te dije que no duraría más de un día aquí—escuché decir a tío Louis.
Impactada por la maldad de mi familia sentí como la rabia me llenaba poco a poco.
¡Habían apostado!
—Ustedes son increíbles, de verdad. Entiendo que el objetivo de la guerra de bromas es eso, hacer bromas, pero que hayan cambiado todo solo porque quise traer a un amigo a casa me parece absurdo.
—Lucy...
—No papá, entiende, Shawn es un amigo. A-M-I-G-O, no es el vecino, es mi amigo. Lo invité a casa en uno de mis arranques de locura porque pienso que es genial y solo quería hacerle sonreír. Le dije mis chistes estúpidos, me avergoncé varias veces frente a él, incluso, ¡me vestí de dinosaurio! Y nada, no obtuve una jodida sonrisa y cuando Shawn sonríe es tan lindo, ¿sabes? Pero él es un idiota británico cascarrabias que le encanta ver sufrir a la gente a su alrededor, de hecho, creo que lo satisface ver a la gente sufrir y... ¡¿Por qué me estás haciendo esas señas, Lucas?! ¡Deja de ser un grano en mi trasero!
