Capítulo 28.

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Meera se había quedado esa noche en mi apartamento, tenía la esperanza de ver Shawn llegar, pero este no lo hizo, lo sabía no solo porque Meera vigilaba por la mirilla de la puerta hasta el otro lado del pasillo cada quince minutos sino también po...

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Meera se había quedado esa noche en mi apartamento, tenía la esperanza de ver Shawn llegar, pero este no lo hizo, lo sabía no solo porque Meera vigilaba por la mirilla de la puerta hasta el otro lado del pasillo cada quince minutos sino también porque no hubo música esa noche. Nuestro piso podría estar en completo silencio si no fuera porque Meera estaba concentrada en parlotear como si no hubiese un mañana.

Shawn tampoco respondió mi mensaje, pero lo había visto, me sentí un poco mal, después de todo lo que habíamos compartido él solo decidía ignorarme, sin embargo, me obligué a no sacar conclusiones demasiado pronto.

A la mañana siguiente Meera nos había llevado al conservatorio en su auto, sabía que tenía que ponerme al día por las clases a las que había faltado. Afortunadamente la morena había tomado nota de cada una de ellas.

—... y George ahora está saliendo con Melanie, es todo un escándalo. Los encontraron en el cuarto de mantenimiento jugando a los doctores.

—¿Melanie? ¿Hablamos de Melanie Truper?—cuestioné impactada.

—Oh, sí, la misma.

Ahora entendía el escándalo, Melanie Truper tenía novio y no era ningún George.

—¿Por qué cuando faltas unos días a clases sucede de todo?—mascullé sorprendido al escuchar todas las cosas que habían pasado mientras estaba en Toronto.

Aunque muchas de las cosas que salían por la boca de Meera no las entendía.

—Oh, mira quién está saliendo de su auto como si fuera un modelo—Meera estaba estacionando frente al conservatorio cuando dijo aquello y cuando vi el conocido auto negro costoso supe de quién estaba hablando—. Necesito una servilleta para limpiarme un poco la barbilla.

Su comentario me hizo reír, pero no aparté mi mirada escrutiñadora en Shawn, o el profesor Kavanagh, ya que después de todo estábamos en el conservatorio.

Shawn parecía muy concentrado en lo que fuera estuviera en su teléfono, ni siquiera apartó la mirada al asegurar el auto con el pequeño control.

Y me enojé. ¿No pudo tomarse diez segundos para responderme y decir "estoy bien, Lucy"?

Shawn no te debe nada, Lucy, dijo mi mente, sin embargo, quería golpearlo.

—¿Por qué miras de esa manera a tu futuro esposo?

—Quedamos en que Shawn es solo un amigo.

—Un amigo que te quitará tu tarjeta V, follaran como animales y un día serás la mejor amiga del mundo y me invitarás a mi soñado trío —Solo observé, ella no estaba bromeando. Meera suspiró derrotada—. Bien, podemos invitar a Zac y lo convertimos en una orgía.

—¡Meera!

—¡Nada te hace feliz, Lucy!

Carcajeándome bajé del auto sin importarme que Shawn pasaba en ese momento frente a nosotras. Cuando sus ojos claros se apartaron de su teléfono y se posaron en mí puede que sintiera una descarga eléctrica en mi columna vertebral. Mi sonrisa se congeló en mi rostro y luego... nada. Shawn solo hizo un gesto con su cabeza, volvió a mirar su teléfono y siguió su camino.

La melodía de Lucy | Hijos de sus padres #1Where stories live. Discover now