Capítulo 13.

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El plan era estúpido, pero quizás serviría, por lo que pasé la llamada de mi computadora a mi teléfono y tomé un taxi al centro comercial más cercano

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El plan era estúpido, pero quizás serviría, por lo que pasé la llamada de mi computadora a mi teléfono y tomé un taxi al centro comercial más cercano. Durante todo el camino discutí con Lucas sobre su grandiosa, estúpida y humillante idea, pero él me aseguraba que iba a funcionar.

Fui a la tienda de disfraces, tomé el traje que Lucas me indicó, me hizo probármelo y con él funcionó, se carcajeó hasta orinarse en sus pantalones. Dijo que debía meterme en el papel por lo que pagué enfundada en mi nuevo disfraz ante la sonrisa de cajera. Caminé por todo el centro comercial a los ojos y risas de todos, me subí al taxi obteniendo una mirada desconcertada y una pequeña risita de mi conductor y cuando llegué a mi edificio al parecer todos mis vecinos habían conspirado para verme porque los ojos de la señora Henderson brillaron con burla al percatarse de mí y mi aspecto, ella estaba junto a otros vecinos que no tardaron en hacer un comentario, pero la mejor reacción fue la de Vera quien bajaba del ascensor en ese molesto.

—¡Dios! He querido uno de esos disfraces desde que empezaron a ser tendencia, es tan ridículo.

Mordí mi mejilla interna para no decirle nada ofensivo.

Cuando llegué a mi piso recordé que no había escuchado a Shawn y tal vez no se encontraba en casa, así que podría haber pasado vergüenza solo para nada. Saqué mi teléfono de la manera más cómoda que me permitía mi disfraz y llamé nuevamente en video a Lucas quien se carcajeó otra vez al verme con mi gran hocico de plástico.

—¡Tienes que traer esa cosa para Acción de gracias, por favor! ¡Dame un rawr, Lucy, dale un rawr a tu primo!

—Eres un...

Las puertas del ascensor se abrieron de nuevo y de ahí salió Shawn con una pequeña maleta de mano, su cello a la espalda y vestido tan deliciosamente como siempre. Iba a saludarlo hasta que recordé el estúpido disfraz de dinosaurio. Obviamente no me dio tiempo de huir. Shawn echó su cabeza hacia atrás de la impresión, esperé algo más, una risa, una sonrisa, que sacara su celular para tomarme una foto, una parada de manos, un concierto con su cello, lo que sea, pero nada, no recibí nada.

—Es más, ¿puedes comprar un disfraz de dinosaurio para todos?—siguió hablando Lucas por el teléfono, pero mis ojos seguían fijos en los de Shawn—. ¿Te imaginas? La foto familiar de los Rawrtocables. Dios, soy un genio.

—¿Lucas?—dije todavía sin mirar a la pantalla.

—¿Si?—dijo como pudo, después de todo se estaba carcajeando como un idiota por su estúpido chiste.

—No funcionó.

—¿Qué? ¿Shawn que no es chino sino británico y es tu vecino y tu profesor y te...?

—¡No sigas!

—Oh, está ahí, ¿puedes enfocarlo?

Sin importarme lo que Shawn pudiera a pensar apunté mi teléfono hacia él, a lo que Shawn levantó una de sus cejas. Él podía escuchar a Lucas, después de todo tenía el volumen al máximo.

La melodía de Lucy | Hijos de sus padres #1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant