Capítulo 1

4.3K 454 131
                                    

THERINE

Una vez leí por ahí que a veces tomas la decisión correcta y otras veces tú haces que la decisión sea correcta.

Yo pienso que siempre tomo las decisiones "obvias", de esas que no hacen daño a nadie, es más, las que hacen felices a todos. La que todos esperan de mí.

Sin embargo, en este preciso momento, no sé en qué caso estoy.

Si en la decisión correcta, en la decisión que creo que debe ser correcta, en la decisión que quiero que sea correcta o en la decisión más incorrecta del mundo.

Y, justo ahora, el debate no deja de estar ahí cuando el tubo blanco con azul me provoca la ansiedad suficiente como para no disfrutar la felicidad que me da verlo.

Estoy embarazada. Voy a tener un hijo.

Tomo aire y lo suelto en automático.

La inseminación funcionó al primer intento.

Suspiro. Eso quería... ¿no? Por supuesto, claro que lo quería, pero la conversación con mis padres sobre su opinión sobre la inseminación artificial no para de estar en mi cabeza.

"Los hijos deben hacerse naturalmente, no como un experimento", dijo mi padre.

"Pero es la única manera en la que yo quiero tener un hijo, padre" quise decirle, pero tenía miedo. Un miedo absurdo. Mucho más porque la conversación había pasado una semana después de que me hice el procedimiento y quería contarles la "buena nueva" de que cabía la posibilidad de que fueran abuelos pero me quedé callada después de escuchar a papá.

—¿Aun no va a salir de ahí, señorita? —La voz profunda del tipo al que le tocó estar sentado junto a mí en el avión me saca de mis pensamientos—. Le juro por Dios que si me meo aquí, la haré lavarme la ropa cuando aterricemos.

—Perdón, ya voy, deme un segundo. —Limpio mis lágrimas y le jalo a la cadena.

—¿Un segundo? Lleva ahí como media hora, no me joda.

—Pues hágase ahí, ¿a mí qué me importa su vejiga? —Digo al abrir la puerta del cubículo. El tipo me mira con la misma cara de irritado que trae desde que despegamos.

Llevamos tan solo una hora de viaje y esta ha sido la hora más estresante de mi vida. La media hora en el baño fue un respiro, pero por desgracia nada puede durar para siempre.

Ni siquiera ese absurdo matrimonio que papá exige para todo ser mayor a veinte años.

—¿Gusta un poco de champaña? —La sobrecargo se acerca a mí una vez que me siento. Trae dos copas y la gran botella metida en un cubo de aluminio que pone en la mesita frente a los asientos.

Le agradezco y le digo que me serviré sola, me siento tan acongojada con todo que prefiero mejor no arruinar mi viaje.

Este viaje me costó muchos cupones, tengo que aprovechar cada cosa que este me ofrezca.

No obstante, también estoy consciente que me va a servir para buscar alguna excusa con mis padres cuando les cuente de mi embarazo.

El tipo regresa al palco y yo me preparo mentalmente para una queja, sin embargo, solo obtengo una mirada amenazante.

Se va a su asiento y suspira largo.

—¿Entonces sí tengo que lavar su ropa cuando aterricemos o logró atinar? —Para aligerar un poco el ambiente, intento bromear con él pero causo el efecto contrario.

—¿No puede fingir que no está aquí, señorita? Pedí estar solo aquí, pagué lo suficiente para estar solo.

—Gané limpiamente este lugar, que sepa. —Me cruzo de brazos, mirándolo desafiante—. ¿Vio el concurso de "Gana un viaje a playa del Carmen o un suscripción por un año" del periódico "El metichito"? Recorté los cupones necesarios en los últimos tres meses y gané, ¿yo que culpa tengo que me hayan puesto en primera clase junto a un insoportable millonario mandón?

Un hotel para escapar contigo© [Todo contigo #3] PRÓXIMAMENTE EN PAPELWhere stories live. Discover now