Capítulo 27

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AH
AH
AHHHHHH

BUENO, PUES QUE VOY A LLORAR, VALE?

Espero que les guste este final (aún falta el epílogo que en un ratito más lo publico)

Nos despedimos de esta historia, pero nos seguiremos leyendo en "Desliz en camino", les invito cordialmente a seguir la pista de Violetta e Izan quienes llegan la proxima semana en sus primeras apariciones 🙈

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THERINE

Salgo de casa cuando Anadelia llega por nosotras. Le dije a Agustín que sería un día solo de mujeres para que no hubiera preguntas, pero la verdad es que hoy iré por mi vestido de novia a la última prueba y por fin lo llevaré a casa.

—Estoy tan emocionada —confieso luego de un chillido al entrar al auto. Mamá, Montserrat y Marisol ya están arriba también y ellas me siguen la emoción.

—Jamás pensé verte tan emocionada por tu boda —comenta mamá y procura no llorar—. Ya quiero volver a verte con el vestido y los arreglos.

—Yo también —dice Anadelia antes de arrancar—. Pero antes, las quiero llevar a comer, a hacernos un cambio de look y al final iremos a la tienda de novias.

Nos cumple lo que dice y pasamos un rato maravilloso. Me hago un corte de cabello ligero y me veo tan distinta que me dan ganas de llorar.

Es que ya soy diferente... o al menos eso he intentado en estos meses y juro que es la primera vez que lo noto realmente.

—Dame a la niña y ve con la señorita. —Anadelia toma a Antonella y yo sigo a la dependienta que me llevará a ponerme mi vestido para ver cómo quedó el resultado final de los arreglos.

Cuando me lo pongo, no quiero ni verme en el espejo del probador para que sea sorpresa para mí también, así que, cuando la dependienta me dice que salga para mostrarlo, no miro a ningún espejo hasta que llego a donde todas hacen un ruido de sorpresa y emoción.

—Oh, Dios, te ves preciosa —dice Montserrat y Marisol lo aprueba.

Mamá llora y Anadelia le dice a mi hija que vea lo bella que soy.

Yo de verdad veo a otra mujer en el espejo.

—Oh, vaya —Me cubro la boca—. Me voy a casar.

La dependienta se va para dejarnos en nuestro momento. Yo siento que voy a ponerme a llorar ahí mismo. La cintura está perfectamente moldeando lo que se ha convertido mi cuerpo después del parto y amo cómo se me ve, no me siento acomplejada como lo hice hace un mes en mi primer prueba, los encajes que rodean desde el pecho hasta mi trasero lucen junto a los brillos que pedí que agregaran. La parte abierta de la pierna que pedí me hace sentir sexy y pienso en qué pensará Agustín cuando me vea.

Entonces, aparece de nuevo el pánico. ¿Por qué ahora? No es el momento, y se suponía que no volvería...

Me giro a ver a Anadelia y a mi madre y de pronto me siento culpable. Luego veo a Montserrat y a Marisol y entiendo por qué la culpa apareció de la nada y el sentimiento de terror no se ha ido.

Ellas son las únicas que saben la verdad.

—Perdón —digo a mamá y a Anadelia y, sin poder evitarlo, me hinco frente a ellas, quitándome el velo que venía con el vestido—. No puedo, no puedo.

—¿Qué pasa? —Mamá me toca la cara, preocupada. Anadelia trata de hacer que Anto no me vea llorar—. No quieres casarte...

—No, sí quiero. —Tomo aire para calmarme—. Pero no puedo seguir mintiéndoles, no después de que la mentira se ha vuelto real sin planearlo.

Un hotel para escapar contigo© [Todo contigo #3] PRÓXIMAMENTE EN PAPELWhere stories live. Discover now