CAPÍTULO 46

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La cama de la habitación era gigantesca y muy cómoda, pero lo que más me gustaban eran las vistas, y no sólo las de Tom y Loki a cada lado mío, sino también las que tenía justo de frente

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La cama de la habitación era gigantesca y muy cómoda, pero lo que más me gustaban eran las vistas, y no sólo las de Tom y Loki a cada lado mío, sino también las que tenía justo de frente. Frente a la cama había una gran balcón con vistas al océano, tan azul como el cielo, y ver el amanecer desde allí fue algo magnífico, sin duda estaba deseando estrenarla con ellos.

Los tres nos despertamos de muy buen humor y desayunamos tranquilamente en uno de los balcones con vistas al océano y a la piscina privada.

—No hay duda, Tom, has acertado con el lugar —le dijo Loki.

—Era algo que tenía en mente desde hace tiempo. Los famosos siempre intentamos ir de vacaciones a lugares con privacidad, como este.

—Yo jamás habría podido permitirme algo así. De hecho ni siquiera podía permitirme unas vacaciones como tal —les dije yo.

—¿Tan poco te pagaba tu jefe cuando trabajabas de asistenta? —dijo Loki señalado a Tom.

—Eh, que yo pagaba a la agencia, y ellos eran los encargados de pagarle a ella, además, siempre le dejaba un extra por su buen trabajo aún sin haberla visto en persona.

—Eso era cierto, gracias a ese extra podía ahorrar algo a final de mes —le dije yo.

—¿Cómo vais Delia y tú con vuestro proyecto? —me preguntó Tom.

—Ya tenemos la idea, ahora sólo queda desarrollarla, que es lo más difícil.

—Estoy deseando ver de qué se trata —dijo Tom.

—Es una red social, diferente a las que existen, no voy a contar más.

—Conociendo a los midgardianos y su adicción a las redes fijo que es un éxito —dijo Loki.

—Eso esperamos, sino tendremos que volver a trabajar para una empresa que ni nos valore por ser jóvenes y creernos inexpertas.

—Tendrá éxito, cariño —me dijo Tom con una sonrisa.

Después de desayunar estuvimos paseando por el atolón, disfrutando al caminar descalzos por la arena blanca y de las cristalinas aguas. No había mucha gente y, a pesar de que en esa realidad ninguno era famoso, muchos sí que se giraban a mirarnos. ¿Y cómo no hacerlo? Tenía a dos dioses altos y en bañador a cada lado dándome la mano.

LA ASISTENTA // TOM HIDDLESTON - LOKI LAUFEYSON 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora