Caminos Cruzados - γιzнαи

8

Ambos terminaron con las frentes chocando y tardaron en regularizar sus respiraciones, en todo este tiempo con una sonrisa sus rostros.

El castaño cayó al lado de Xiao Zhan y lo atrajo a sus brazos importándole una mierda que ambos estuvieran pegajosos y sudosos.

- Debemos bañarnos, ¿Lo sabes? – habló Zhan un poco avergonzado.

- Lo sé, solo déjame tenerte en mis brazos un poco más -

- ¿No estás cansado? Por qué yo sí y siento que en cualquier momento mis ojos se cerrarán - hizo un puchero como un piquito de pato, que para el contrario fue demasiado adorable.

Yibo lo besó y con mucho pesar lo soltó - Vamos a bañarnos, tienes razón, ya está por amanecer y no hemos descansado –

Ambos se levantaron regañadientes a la ducha, pero claro que, con una segunda ronda dentro de ella, pequeña pero satisfactoria. Salieron del baño, Zhan le prestó unos pantalones para dormir ya que Yibo dijo que "le encantaba dormir con el torso desnudo", lo cual era mentira solo quería provocar más a su ángel.

Se acostaron en la cama y de inmediato se acomodaron de cucharita.

- Quiero conocer a tus hijos – soltó sin más, dejándole un beso en la nuca.

- Todavía no Yibo - Zhan se volteó para tenerlo frente a frente - Quizás pienses que soy así, el primer día que nos conocemos formalmente y ya estamos aquí en mi cama después de dos rondas de sexo - ambos rieron - No quiero que tengas ese concepto sobre mí, de verdad eres mi segundo hombre y hasta ahora no sé qué me pasó contigo –

- Shhhhh - puso un dedo en los labios de Zhan - Tranquilo entiendo que necesitas tiempo. Que te parece si desde ahora somos enamorados, novios como quieras decirle y con el tiempo me presentas a mis hijos - levantó un ceja - ¡!Auch!! - un pequeño golpe en su hombro fue regalado por Zhan - Cómo que ahora a todos les gusta pegarme – dijo Yibo mientras se sobaba el hombro fingiendo dolor.

- Estás loco -

- Pero loco por ti, Zhan –

- Ya durmamos que tengo que ir por mis hijos después de almuerzo -

- Bien mi ángel, descansa -

- Buenas noches novio mío – soltó sin darse cuenta. Ambos sonrieron y se abrazaron. Zhan se acurrucó en el pecho del castaño y este, lo abrazó, cerraron sus ojos al mismo tiempo cayendo inmediatamente ante el cansancio.