Caminos Cruzados - γιzнαи

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- ¡Ya despierta, maldito imbécil! - Ayanga pateó a Yibo que se encontraba durmiendo en el suelo – ¿Crees que este es un hotel de 5 estrellas? - otra patada.

Un poco aturdido, abría sus ojos lentamente - ¡Ahh! - gritó al sentir uno de los golpes. Su cuerpo dolía y su cabeza daba vueltas, llevó una mano a esta y cuando la puso frente a sus ojos vio que estaba manchada de sangre.

- Hasta que por fin despiertas mocoso - el mayor se reía sentado una silla de metal oxidada.

- Qué... ¿Qué es lo que quieres? - Su voz salía un poco ronca debido a la falta de agua.

- A Zhan y a mis hijos, eso es lo que quiero - se paró - Y todo el dinero que me hiciste perder - lo pateó - Pronto estarás en la otra vida, solo estoy esperando a los invitados para que vean cómo te mato -

- Eres un demente, ellos no te quieren ver, que necesidad tienes -

- Lo que es mío, nadie me lo quita. Recuérdalo -

Salió del cuarto y tiró la puerta tras él.

- "Zhan no vengas por favor, no vengas" - pedía dentro de sí.

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Ayanga estaba concentrado en lo que pensaba hacer cuando llegaran, sabía que quizás este era su fin, pero no se iría solo, se llevaría a Zhan o a Yibo con él; aunque lo pensó mejor y eligió Yibo, para que Zhan aprendiera a vivir con el dolor, castigarlo por haberlo dejado y metido con ese mocoso engreído.

Las sirenas se empezaban a escuchar - Que comience el show - dijo alegre, estaba fuera de sí; tomó la pistola que tenía y fue en busca del castaño.

Entró a la habitación y lo jaló del brazo para ayudarlo a pararse - Te llegó la hora "bebito"- le habló en el oído.

Yibo con pasos torpes caminó, a veces las piernas le fallaban por el aturdimiento del golpe.

Salieron de la pequeña casa abandonada, mientras veían como los vehículos se estacionaban y salían todos los efectivos policiales. Yibo paseó su mirada por cada uno de los vehículos, algo en su corazón le decía que Zhan estaba ahí.

"HaiKuan, ZhouCheng, HanGeng, Yubin y... Nooo por qué Xiao Zhan", su corazón dolió al verlo como forcejeaba con Dilraba por qué quería salir corriendo por él, gritando su nombre desesperadamente.

- Wow, mira sí vino, te debe amar mucho, ¿no? - habló Ayanga, se rascó la cabeza con el arma - Ay que pena que no lo dejan venir, hubiera sido un excelente show verlo correr hacia ti, mientras te disparo y tu cuerpo cae sin vida delante de él - soltó una risa retorcida llena de maldad - Buen show sería, sí, sí, definitivamente, ¡sí! -

- MALDITO - sus puños se apretaban con fuerza. Quería zafarse del agarre de la soga que impedía mover sus manos.

- ZHAN.... ZHAN - gritaba - VEN CARIÑO, TU PUEDES, SAL - seguía gritando mientras reía el azabache

- YA DÉJALO - el agarre se aflojo y sacó una de sus manos, la hizo puño y fue directo al rostro de Ayanga, haciendo que cayera.

- ¡YIBO! - gritó Zhan, deshaciéndose del agarre de Dilraba, salió del carro y corrió dirección a Yibo, nadie lo pudo agarrar.

Al ver esto Yibo corrió hacia él para alcanzarlo, pero Zhan vio que Ayanga se estaba poniendo de pie y alzaba su mano para apuntar a Yibo.

Zhan tomó en sus brazos a Yibo y lo giró, le regaló una hermosa sonrisa y dos disparos se retumbaron en todo el recinto.