SCARS TO YOUR BEAUTIFUL (Leona Kingscholar)

Capítulo 2

CUANDO NATASHA CASI MATA A SU FUTURO ESPOSO

 

Se miró al espejo. Llevaba una saya-short negra diseñada por el profesor Divus Crewel para que pareciera la larga falda de una bailarina de danza árabe. Arriba tenía una camisa blanca de manga corta debajo de un saco de color rojo en representación de su dormitorio y de una chaqueta negra desmangada. Parecía que llevaba una especie de vestido militar con remaches dorados sobre un short. Especialmente porque no se separaba nunca de sus guantes de cuero negro y de sus botas militares.

Era muy diferente al que le habían dado en un inicio. Como creían que era un chico, le habían entregado un uniforme masculino. Grande fue la sorpresa de todos en Historia de la Magia cuando, al agarrar aire para bostezar, se le fue volando un botón haciendo que todos repararan en su busto. Se había sentido un poco avergonzada porque todo el mundo le miraba las chichis como si fueran el mapa de la Atlántida, pero después comprendió su reacción.

Se recogió el pelo en su usual trenza francesa, dejando a la vista sus dos grandes argollas doradas. Casi le prohibían llevar sus aros en sus orejas porque estaban prohibidos los piercings y tatuajes en el reglamento escolar. Afortunadamente logró quedárselos al decir las creencias de su mundo donde los aretes eran portadores de espíritus que protegían a su dueño (algo más o menos cierto)... Y también influyó el hecho de que alabara la amabilidad y generosidad del director.

Agarró los libros que necesitaría junto a su uniforme de Formación Física, su mazo de cartas y su pañuelo para meterlos en su mochila. Por último cogió su monedero. En realidad le pertenecía a su hermana, pero inevitablemente se lo había llevado a ese otro mundo junto al resto de pertenencias que tenía en su bolsa.

Los pesos mexicanos habían sido una evidencia de que no pertenecía a ese mundo de magia. Desafortunadamente no podía cambiarlos por madols. Así que vendió las cajas de cigarrillos de Viviana y se dedicó a cobrar por lecturas del futuro para tener aunque sea para pagar su comida. Afortunadamente su trabajo como adivina obtuvo mucha popularidad en una semana y siempre tenía dinero suficiente, incluso para pagar la matrícula.

Pese a que se entretenía mucho observando los alrededores, sentía el peso de la gema mágica en su bolsillo derecho como un ladrillo. El hombre cuervo, que más tarde se enteró de que era el director, le hizo una visita anoche y le había entregado un bolígrafo con una piedra preciosa incrustada.

«Ayuda a canalizar la magia. Probablemente podrás entrenar la tuya con esto. ¿No soy una persona generosa?» Le había dicho el director. Si nunca antes había logrado hacer el truco de arrancarse el pulgar sin que la pillaran, dudaba mucho menos que una varita le ayudara a hacer magia. Claro, a menos de que la vara por sí sola fuera mágica al estilo bibidibabidibu.

Ignorando el hecho de que no había logrado despertar su magia, se había adaptado bastante bien a ese nuevo mundo. Tenía un techo, ropa, comida, dinero y un recientemente descubierto sexto sentido que le permitía huir cada vez que Kalim realizaba alguna locura como traer animales exóticos al dormitorio sin la autorización de Jamil o del director.

Todo parecía ir viento en popa. Sin embargo, había algo que le molestaba... Ser la única estudiante chica en una institución repleta de chicos adolescentes con falta de control sobre sus hormonas no era del todo bueno... para decirlo de una manera suave.

—¡Hey, preciosa! ¿Qué haces tan sola?—Esas palabras fueron el inicio del desastre.

******

Genial, Natasha... Genial... No llevas más de un mes en una nueva escuela y ya tienes seis faltas. Eres toda una marginal—Se reprendió mentalmente cuando el profesor Mozus había detenido su pelea y los había mandado a dirección con un papel de alta.