𝐕𝐈

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Capítulo seis.

❝Los Merodeadores❞

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Algo que Roselind admiraba de sus profesores, era el toque especial que cada uno otorgaba a sus clases

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Algo que Roselind admiraba de sus profesores, era el toque especial que cada uno otorgaba a sus clases.

McGonagall, en Transformaciones, era capaz de dejar en silencio el aula con su mera presencia y sus prácticas siempre resultaban emocionantes. Flitwick, en Encantamientos, los hacía reír en ocasiones y su chispa para enseñar era alegre y siempre animada. Binns, era un fantasma aburrido, pero Historia de la Magia bien podía volverse interesante cuando el profesor nunca prestaba atención al alumnado y podían hacer lo que les viniera en gana. Slughorn, casi siempre era tedioso con sus preferencias por su casa, pero Pociones tenía la magia dentro del caldero y teniendo a Remus como compañero, ambos sabían verle el lado divertido.

Sin embargo, a pesar de que su mejor materia era Encantamientos, Roselind amaba Defensa contra las Artes oscuras. En su primer año, la profesora que había impartido la clase, había sido una joven francesa esbelta, animada y media chiflada, pero muy agradable. Segundo, había traído al colegio la presencia de Jacob Davies, quién si bien había sido sumamente afectuoso con los alumnos, había dimitido por dejar el puesto al profesor actual, Adam Davies, hermano de Jacob.

En opinión de Roselind, Adam Davies era con creces el mejor.

—Muy bien, señorita Evans, por favor —pidió el profesor, para continuar con su clase.

Lily carraspeó un poco, y sin que se lo propusiera, sus palabras captaron la atención de Roselind.

—Un animago, es un mago que puede transformarse en un animal a voluntad propia, con o sin su varita, conservando en el proceso la razón y la consciencia humana, contrario a los licántropos que no pueden controlar sus transformaciones en luna llena y pierden el uso total de sus facultades humanas —la oji azul fue consciente que ante la última línea, un leve escalofrío recorrió a Remus. Sin pensarlo, estiro su mano para poder entrelazar su meñique al meñique de Remus. 

Severus Snape miró en su dirección, pero no alcanzo a advertir la reacción de Remus, ni como él le correspondió entrelazando su dedo al suyo. Tal vez si advirtió el leve sonrojo de ambos, pero no le tomó importancia.

Eso era lo único malo de Defensa contra las Artes oscuras, que compartían horas con Slytherin. Lo que usualmente no sería un problema porque, en realidad, Roselind no tenía prejuicios sobre Slytherin, pero algunos de ellos si los tenían con ella.

Justamente, algunos de esos idiotas, estaban en tercer año como ella.

—Bien dicho, diez puntos para Gryffindor —espetó el profesor Davies, con una amable sonrisa—. Es importante destacar, que los magos que desean convertirse en animagos tienen que estudiar a fondo el proceso, ser vigilados y están obligados a comunicar al Ministerio de Magia sobre sus avances. Esto, debido a que el proceso puede ser realmente complicado e incluso, catastrófico.

₁ 𝐋𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐨𝐬𝐚 ━ 𝐌𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬Where stories live. Discover now