𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐈𝐍𝐆; Theodore Nott ✓ [2]

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« PRIMERA REUNIÓN »

Su mirada estaba perdida en la nieve que caía en su encima, no le preocupaba si moría de frío o no, no sería la primera vez que miraba a la nada y había nevada.

Tenía las respuestas pero aún quedaba muchas dudas, ¿Su tatarabuela o bisabuela o tía o algo asi, se iba a casar con el hermano de Dumblerdore? ¿IBA A HACER FAMILIA DE LOS DUMBLEDORE? eso es lo que más preocupaba más que los poderes que Lyra Bells los había heredado, solo que no había manera que los activarán.

Lo único que los activaría era pagar un precio muy grande. No entendía que era el precio que tenía que pasar, ¿Un amor? ¿Una alma? ¿Un muerte?

Tampoco los Bells lo consiguieron muy fácil, las historias en los libros estaban mal contadas, los trillizos estaban por morir luego que cuatro magos tenebrosos acabaran con ellos, pero al encontrar la fuente de magia negra, los revivieron, dieron una alma por sus vida. Algo narcisista de su parte de ellos, pero ellos quería vivir, en especial Lyra para poder casarse con Aberforth, el hermano menor de Albus. Pero las circunstancias no salió como esperaba.

Helena salió de sus pensamientos cuando alguien le dio un beso en la mejilla, ella sonrio tiernamente. Era Gigi con una sonrisa.

– ¡Lena! Te encontré. - Giovanna sonrió y se sentó al lado de la pelirroja, le entrego un muffins de vainilla y en la otra mano traía una rosa. — Harry y los demás te buscan para ir al Cabeza de Puerco en el pueblo.

– ¡Ese lugar da asco! ¿Harry propuso eso?

Gigi asintió, alzo rosa amarilla cuando vio a la lechuza, esta se piso en el respaldo de la silla. - ¡Hola Liz!

– Siempre a la misma hora. — Dijo la Black como saludo.

– Por eso sabía que estarías aquí. —le entrego la rosa en el pico de la ave. — Siempre me acompañas hoy.

Helena sonríe y agarra la mano de la Longbottom. Hoy era en cumpleaños de Alice Longbottom, desde que ambas tienen once años siempre le acompañaba afuera del castillo para que una lechuza vinera por la rosa que Giovanna que plantaba un año antes para entregar a Liz, que era la lechuza de su madre. Lo llevaba a San Mungo y lo dejaba en una jarra de flores que su padre tenía en el cuarto de la Longbottom.

– Como cada año y los siguientes. - dijo la Gryffindor. - ¿Si tuvieras una deseo cual sería?

– Creo que sería que nunca pasará el 31 de octubre de 1981, para que tú nunca pierdas a tus padres, igual para Harry. Y para que mi mamá estuviera aún conmigo, Nev y papá. ¿Te parece bien? — sonríe.

– Me parece una gran deseo.

– Si bueno, no hay nada que nos haga retroceder en el tiempo, solo un giratiempo, pero no lo sé.