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« LYRA B

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Se dejó caer en la cama del Potter con una sonrisa. Ambos habían terminado de dar clases de Defensa contra las artes oscuras, con su nuevo profesor Harry Potter. Ya habían comenzado a enseñar, en la opinión de Helena, amaba a Harry como profesor, le dejaba llegar tarde e incluso ella llegó a dar unas clases a su manera.

En los años que tuvieron "malos profesores" Helena practicaba a escondidas de todos, leía o practicaba con Hermione y Giovanna, incluso en vacaciones cuando iba a la casa de los Longbottom practicaba con Frank.

– ¿Que te parece que regresando de vacaciones le enseñamos un Patronus? Es bastante sencillo. — Dijo Harry en un murmuró mientras jugaba con sus manos.

– ¿Sencillo? Bromeas. ¡Cuando tú lo intentabas con tío Moony! ¡Yo parecía estar sufriendo por un puto animal que parece un fantasma! — Helena se señaló a su misma.

Harry se sienta a su lado y le pasa un mechón detrás de la oreja. – Ahora es distinto, te lo aseguro.

Helena puso una mueca, hundió su cara en la almohada y soltó un quejido.

El Gryffindor se acomodo en la espalda de la chica. Ambos les daba igual como se encontraban, ya se habían acostumbrado a ellos mutuamente.

– Es diferente porque antes tenías miedo a tu...m — rápidamente se cortó y lo corrigió — a la señora Molly, no tenías ni un recuerdo feliz.

– Claro que si lo tenía. — Contradijo la pelirroja, aunque en el fondo el Potter tenia razón.

El Potter niega, las bromas que Helena hacía con los gemelos o ella misma no era un recuerdo feliz.

– Hacer bromas no es un recuerdo feliz.

Helena soltó un quejido de frustración contra la almohada.

– Yo utilize el cuando conocí a Ron, Hermione, Gigi y a ti.

Helena volteo su cara contra la almohada y sonrió.

— Ahora tu puedes utilizar los momentos que pasaste con Sirius, Leo y Lía. Creo que esos son tus momentos felices.

Helena estiró su mano para agarrar la del Potter, este le daba caricias en circulos, ambos habían tenido familias que le hicieron sentirse menos, pero entre ellos siempre eran más. Sonrió al ver que aún tenía ese anillo y otros que era del Nott.

– ¿Ciego?

Harry rió, alzo su vista para ver a pelirroja sonreír.- ¿Roja?

– Te quiero pedazo de suicida.

– Y yo, maldita loca.

Ambos se miraron para luego soltar una carcajadas.







𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐈𝐍𝐆; Theodore Nott ✓ [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora