Parte I de la bilogía "Amores reales".
-Vamos, Serem, ¿qué salió? -Grita su mejor amiga Aria desde el otro lado de la puerta, está más que ansiosa.
Toma un respiro y abre los ojos, toma despacio la prueba de embarazo y mira de una el resultado.
-Car...
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Hoy es el gran día.
Hoy es la coronación de Alexandri. Después de meses y meses por fin tomará el trono. Su madre está feliz y él también. Lo preparativo comenzaron casi después de dar el comunicado. La ciudad está feliz con la coronación, quieren mucho al pelinegro.
Los bebés también son muy queridos por todos. Casi diario reciben peluches e incluso cartas con buenos deseos.
Serem está tranquila. Su relación con Alex ha sido maravillosa. Nunca se imaginó llegar al punto en el que se encuentra ahora. Alexandri le ha demostrado el caballero que es. Siempre preocupándose por ella y sus bebés.
Ha cumplido siete meses de embarazo. Los bebés se están desarrollando bien, según la doctora están sanos. Ahora antes de dormir Alex les canta la misma canción y es como si lo relajara. Supongo que ya sabemos quién los dormirá rápidamente, así como también disfrutan de la vocecita de Theo. El pequeño rubio les cuenta cuentos que él mismo inventa solo para ellos.
Aria está que no cabe de felicidad, diciendo que nunca creyó vivir como para ver a la castaña embarazada. Aunque últimamente está un poco rara. Distraída.
—Hola, Sem. —Saluda la pelirroja entrando a la habitación.
—Hola, Ari. —Le sonrío. Ella le ayudará a arreglarse.
—El vestido es precioso. Te verás como una princesa en él —dice sacándolo de la bolsa.
—Gracias. Aunque no creo que hoy pueda ir de tacones. Mis tobillos están hinchados, supongo que así estarán más seguido de ahora en adelante.
—No te preocupes por eso. Ahorita lo resolvemos. —Comenta acercándose para ponerse en la parte de atrás de la castaña —. ¿Tienes una idea de cómo quieres que te arregle el cabello?
—La verdad no. Lo dejo en tus manos —veo como se queda pensativa unos momentos —. Ari, ¿Qué ocurre?
—Nada, solo pensaba en el peinado —trata de explicar.
—Aria, no me mientas. Somos mejores amigas, somos hermanas, cualquier cosa que te afecte a ti también me afecta a mí. Créeme que ya he aprendido a no hacerme la fuerte, no siempre nos sentimos bien.
—Es sobre James. El padre de Theo. —Suelta sin más.
La castaña se voltea hacia ella.
—¿Ahora que quiere ese maldito? —Pregunta molesta.
—Me ha llamado diciendo que quiere ver a Theo. Sem, sabes que sí por mí fuera, jamás lo permitiría. Pero mi hijo merece conocer a su padre, por muy desgraciado que haya sido.
—Ari, debes hablarlo con Theo. Si él lo desea, no tendrás de otra más que aceptar.
—Lo sé, pero no solo me dijo eso —dice llevando sus manos a su rostro.
