Capítulo 2

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Ya estaba, ya lo había dicho. Había arrojado el guante, por decirlo de alguna manera, y le había retado.

En el silencio que siguió, Jennie pudo escuchar literalmente el latido de su propio corazón mientras contenía el aliento esperando a que Lisa rechazara su propuesta... porque sabía que iba a rechazarla. Y entonces tendría que dar marcha atrás y aceptar que el sitio de los niños estaba con su madre.

Haciendo un esfuerzo por no dejarse llevar por el temblor que se había apoderado de su cuerpo, Jennie apenas podía creer que hubiera tenido el coraje de decir lo que había dicho. A juzgar por la expresión de Lisa, quedaba claro que su propuesta le había sorprendido, aunque se apresuró a disimular su reacción.

Matrimonio. 

Lisa pensó rápidamente en ello, valorando mentalmente sus opciones. Quería a sus hijos. De eso no le cabía la menor duda, ni tampoco de que los niños fueran suyos. Casarse con su madre le otorgaría ciertos derechos sobre ellos, pero también le proporcionaría a Jennie derechos sobre su riqueza. Eso, por supuesto, era exactamente lo que ella quería. Casarse con ella y luego divorciarse enseguida para conseguir un generoso acuerdo de divorcio.

Podía leerle la mente con facilidad. Y sin embargo, le había pillado con la guardia baja, aunque se había dicho a sí misma con cinismo que tal vez debería haber estado preparado para su propuesta. Después de todo, era una persona rica.

—Aplaudo tu habilidad para los negocios —le dijo a Jennie con sequedad con un tono neutral que no dejaba entrever la furia que estaba experimentando—. Rechazaste mi oferta inicial de un generoso pago bajo el disfraz de madre devota, cuando en realidad tenías planeado apostar más alto.

—Eso no es cierto —negó Jennie acaloradamente, asombrada por la interpretación que había hecho de su propuesta—. Tu dinero no significa nada para mí, Lisa... nada en absoluto —le dijo con sinceridad, añadiendo—, ni tampoco tú. Para mí, el hecho de que pienses en mi oferta en términos monetarios sencillamente subraya todas las razones por las que no estoy preparada para permitir que mis hijos estén cerca de ti a menos que yo esté allí.

—Eso es lo que tú sientes, pero, ¿qué hay de lo que pueden sentir ellos? —la presionó Lisa—. Una buena madre nunca se comportaría de forma tan egoísta. Antepondría el interés de sus hijos al suyo.

Con qué rapidez Lisa le había dado la vuelta a la tortilla, reconoció Jennie. Lo que había empezado como un desafío hacia Lisa que ella estaba segura de que iba a hacerle recular, se había convertido en una espada de doble filo que estaba blandiendo de forma experta hacia Jennie.

—Necesitan a su madre... —comenzó a decir.

—Son mis hijos —la interrumpió Lisa enfadado—. Y pienso estar con ellos. Y si tengo que casarme contigo para que así suceda, entonces lo haré. Pero no te equivoques, Jennie. Tengo intención de quedarme con mis hijos.

Su respuesta le impresionó. Esperaba que se negara, que la rechazara, que se marchara y la dejara en paz... cualquier cosa antes que casarse con ella. Lisa la había dejado sin ninguna defensa.

Ahora Jennie podía ver una realidad que no había visto antes. Lisa quería realmente quedarse con los niños. Y era rica y poderosa. ¿Qué oportunidad tendría ella de quedarse con los niños si la llevaba a los tribunales? Como mucho conseguiría la custodia compartida, con los niños divididos entre dos casas, y eso era lo último que deseaba para ellos.

¿Por qué había tenido Lisa que descubrir que era madre de sus hijos? ¿Acaso no había sido ya la vida lo suficientemente cruel con ella? Casarse con Lisa, algo que no había deseado de ninguna manera, se había convertido de pronto en la protección que admitía podría necesitar si quería seguir formando parte de la vida sus gemelos.

Esclavas de la pasión (Jenlisa G!P)Where stories live. Discover now