10. Reunion.

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•AshEiji, SingEiji, ShoAsh.

•AU.

Ruidoso era todo, gritos y pasos por doquier, un camión en movimiento y su corazón latiendo a todo lo que da, no le importaba la promesa que dejó atras, mentira, le dolía de sobremanera no poder ir al festival de invierno con la persona que más a ...

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Ruidoso era todo, gritos y pasos por doquier, un camión en movimiento y su corazón latiendo a todo lo que da, no le importaba la promesa que dejó atras, mentira, le dolía de sobremanera no poder ir al festival de invierno con la persona que más a amado en toda su vida, las peleas, los trucos, los golpes, todo era insoportable y hasta ese momento su padre no aguanto y los saco de ahí, un día cualquier tomo a su hermano mayor y a el y huyeron, se fueron el mismo día de su cita y no llegó con Okumura.

Una infancia y una parte de su adolescencia dura pero con una vida feliz de por medio pudo seguir adelante, cada vez más había cosas por las cuales luchar y vivir por sí mismo, con la pena siempre detrás de él por no llegar ni mandar siquiera un mensaje sobre su ausencia aquel día, no hizo mucho para evitar irse, o para llamarlo, no hizo nada pero simplemente lo extraña. Eso sucedió a sus cortos quince años y en este momento estaba viviendo sus veintisiete años, pronto veintiocho, y los viviría en China, alado de su pareja.

—Mierda Wong, ¿como que te falta una hora? —. Vio atentamente su reloj y vio el mensaje que le mando hace horas su pareja —. Maldición...

No era bueno manejando grandes cantidades de gente en algún lugar, pero, como era otoño muchas personas desean viajar y su pareja iba a volver de su viaje de negocios con su mejor amigo, en cambio el quería verlo y recibirlo en el aeropuerto, por desgracia llego una hora antes a este y tendría que esperar un largo rato para poder verlo. Hace ya dos años que salen juntos, su corazón late cuando está con el y siente todo lo indicado sobre el amor, las mariposas en el estómago, nerviosismo extremo con esa persona, etc, todo lo indicado y siente todo por el chino, lo ama.

De verdad que ama a ese tonto que cocina horrible pero tiene un restaurante familiar, lo adora, ¿entonces cual es el problema? El no puede olvidar a aquel chico japonés que conoció a en su adolescencia, no puede olvidar el calor que desprende su mano cuando tocaba la suya, no olvida esos ojitos redondos y grandes que parecían dos grandes soles, no lo olvida y le duele no olvidar lo cuando ama a Shoter, le duele de manera exagerada no saber que nunca podrá amar con tanta locura al chino como lo hizo como con el, no si no sabe donde está o si está bien o si lo odia por alguna razón.

—¿Me puedo sentar aquí? —. Pregunta una voz suavemente a su lado, el rubio alza la mirada y antes de afirmar ve con atención a la persona —. ¿Uh?

Alto pero no más que el, ojos redondos y cafés como dos granos de café, pelo negro como la noche pero largo como si fueran telas de seda, su piel color caramelo, todo de el lo atrae e intenta saber de donde lo a visto, para este momento el chico lo ve intrigado.

—¡Claro! —. Y ahora el grita —. Siéntate, no importa.

Y cuando este se sienta a su lado manteniendo distancia normal el rubio siente su corazón latir y siente un tirón de alma, no sabe que le sucede, quizá recordó a su chico al ser asiáticos, quizá esos ojos cafés le recordaron un momento de su pasado, no sabe que lo atrae pero alza la mirada y lo ve que el contrario también lo ve con curiosidad, ambos al verse directamente a los ojos solamente desvían las miradas sonrojados. El rubio checa su celular, falta alrededor de cuarenta o más minutos para que el avión del peli-morado aterrize y eso le aterra de sobremanera.

We feel in love in octoberWhere stories live. Discover now