25. Make the cupboard.

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•AshEiji.

•Au de casados.

Compras, tenían que ir de compras porque todo lo que está en el refrigerador está a punto de expirar y no hay nada comestible, cosas de irresponsables no lo entenderían

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Compras, tenían que ir de compras porque todo lo que está en el refrigerador está a punto de expirar y no hay nada comestible, cosas de irresponsables no lo entenderían.

Definitivamente hacer las compras era una tarea sencilla y bonita en cierta medida, el olor a limpio y amor de mamá en el pasillo de jabones para ropa, el olor a pompas de jabón en el pasillo de jabones para manos, las etiquetas de la ropa moverse por una corriente de aire, los gritos de emoción de los niños en el pasillo de la juguetera, el olor a comida en aquellos pasillos, todo era perfecto y todo ordenado pero, Okumura Eiji era lo que llamaba su atención, sus cabellos levemente ordenados en una coleta baja dejando escapar los mechones más cortos en su rostro, sus ojitos de ciervo llenos de vida y de amor resaltando todo de el, esa piel color caramelo y ese gran corazón que siempre muestra era maravilloso, el era hermoso.

—¿Para que es eso? —. Pregunta curioso el rubio mientras se recarga en el hombro contrario y sus brazos rodeando su cintura provocando un escalofrío en el contrario —. ¿Una nueva receta?

—Sip, Shoter me mando una nueva receta para probarla y me llamó la atención así que pienso hacerla —. Dice el peli-negro mientras toma varias especies y las mete al carrito de compras, voltea a ver al rubio y rodea su cuello con sus brazos —. ¿Quieres algo en especial?

—A ti solamente —. Suelta burlesco mientras besa su nariz y se separan, salen del pasillo donde estaban y caminan a la sección de carnes, esa donde el frío es demasiado pero lo soportas porque tienes que comer.

Claramente al llegar buscan lo que necesitan porque Ash es un carnívoro y no vive sin la carne, compran todo y siguen avanzando en paso constante, sus pasos van siguiendo los del japonés sin pisarle, ve a todas partes mientras siguen así, lo siguiente es cosas del baño, van hasta el pasillo que está en medio de todo y buscan lo que necesitan, papel, pasta, desodorantes muy masculinos porque son machos en toda la palabra, compran todo lo faltante y salen de ahí.

Siguen caminando hasta la caja para ir a pagar, esos momentos cotidianos le dan mucho amor al estar con su persona querida, esa persona que hace latir su corazón en todo momento, que sus pensamientos salten a un futuro hermoso lleno de vida donde solamente sean ellos, quizá un futuro con hijos o perritos, no lo sabe, pero, si es con Eiji acepta cualquier cosa, un futuro casados, una lucha contra la mafia, un mundo donde sean animales o algún objeto, quizá siendo el la bestia y el nipon la Bella, quizá volando en una alfombra mágica, quien sabe, estará feliz sin importar que.

Pasan alado de la ropa para la familia y ve la ropa de bebe, esa pequeña ropa que apenas y cabe en el pequeño costalito de carne, los orificios donde sale la cabeza y las manos tan pequeños y frágiles hacen que se encoja su corazón, esos pequeños atuendos que hacen su corazón latir, quizá no sea posible pero quiere intentarlo, quizá quiera tener una noche de amor donde tengan un hijo, quizá no se pueda y sea mejor adoptar pero quiere un futuro con su pareja y quizá un hijo, ¿será buen padre? O ¿quizá sea peor que el propio? No sabe pero esas preguntas en lugar de deprimirlo hacen que se pregunte si estará bien pedir un hijo.

Observa la ropa con detenimiento y quizá sea hora.

—¿Ash? —. Y esa bonita voz que tiene su pareja lo saca de su ensoñación, el peli-negro lo mira curioso y se acerca hasta el—. ¿Te encuentras bien?

—Todo bien, solo veo la ropa que tienen aquí —. Y antes que el contrario sepa sus intenciones lo toma de la mano y caminan hasta el carrito abandonado en la sala de televisiónes, quizá no sea tiempo exacto pero quisiera intentarlo, en la casa lo hablaran —. ¿Algo más onii-chan?

—No, creo que tenemos todo —. Y este mira a otro lugar sonrojado ante el apodo, ese apodo que siempre a tenido porque es viejo y hermoso, por dos años de diferencia pero ya era un anciano, anciano que amaba mucho —. Muchas gracias por acompañarme.

—¿Cuál "gracias"? Encuerate —. Suelta pevertidamente el rubio haciendo que el contrario se sonroje mucho más que antes, amaba esas reacciones que siempre tenía, se ríe y lo toma de los cachetes mientras los apachurra —. Es broma onii-chan, no te creas todo lo que digo, ahora andando que Buddy nos espera.

Y el peli-negro solamente sonríe avergonzado y caminan a pagar sus compras llenas de amor y cariño, caminan a su futuro precioso y hermoso, quizá no sea posible tener hijos pero podían intentarlo.

We feel in love in octoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora