24. Naps.

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•Bones x Alex.

•Extra corto.

Los mimos matutinos matutinos eran relajantes, te daban la energía suficiente para un día horrible en el trabajo ,también los mimos de las noches eran perfectos para una noche relajante donde sueñas con un mundo de caramelo donde el trabajar no es...

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Los mimos matutinos matutinos eran relajantes, te daban la energía suficiente para un día horrible en el trabajo ,también los mimos de las noches eran perfectos para una noche relajante donde sueñas con un mundo de caramelo donde el trabajar no es necesario y hay árboles de dinero y agua de chocolate siempre, definitivamente ese era el sueño perfecto de Bones, aunque su sueño no está completo sin su preciado novio, Alex siempre está con y para el, aparte que le da lo que quiere y necesita siempre que lo requiere, aparte de eso que hace los mejores chocolates calientes que a probado en su vida, era su pilar en todo sentido.

En toda su vida no había visto algo tan hermoso que trastima tanto y al mismo tiempo nada, ojos azules nublosos como una ola y profundos como su alma, la libertad que tenía el peli-rosa era increíble, todo de el amaba pero verlo dormir dormir su lado era bellisimo, sus ojitos cerrados trasmitiendo paz, esa boca medio abierta sacando un poco de saliva, sus medios ronquidos que sacaba entre sueños le trasmitia tanto amor que le era imposible no amarlo, definitivamente lo amaba más que nada.

El peli-rosa se acercó más a él y se acurrucó, esa tarde hacia demasiado frío así que decidieron acostarse y ver algo por la televisión, aunque la película la terminó quitando porque no le prestaban atención más aparte que su chico se había quedado dormido en su pecho, con eso en mente lo vio mientras dormía. El peli-rosa tenía sus manos en el pecho contrario mientras que su cabello estaba desordenado de un lado a otro dándole un toque totalmente desarreglado pero tierno, sus colmillos se podían ver al tener la boquita medio abierta con un poquito de saliva a nada de salir.

Suspiro viéndolo atentamente mientras repartía mimos por doquier, el contrario seguía sacando ruidos extrañamente tiernos entre sueños, se pregunta seriamente que sueña pero eso deja de importar al estar completamente dormido el también, solamente siente como sus brazos rodean su cintura y las manos contrarias ahora de posan en su espalda, sonríe somnoliento y duermen los dos.

Amaba esas tardes donde solamente duermen juntos y ya.

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