Bonita Casualidad [YoonSeok]

♡Capítulo 6.

Hoseok no tenía la costumbre de madrugar los fines de semana, pero el sábado lo hizo de buena gana. Se duchó, se puso un pantalón tejano y unas zapatillas deportivas blancas, igual que su camiseta, la cual tenía el dibujo de una carita amarilla sonriente y medio derretida. Usó es secador para darle un poco más de volumen a su cabello tras secarlo, dejando algunos mechones despeinados a propósito.

Sabía que no había motivo para que tratara de lucir más guapo, porque a estas alturas difícilmente impresionaría a Yoongi con su apariencia. Por mucho que se arreglara ahora, no podía cambiar el hecho de que Yoon ya le había visto recién despertado con los ojos hinchados en dos ocasiones en el hospital, y encima había llorado delante de él...

Suspiró con pesar, ¿por qué se preocupaba tanto? Esto ni siquiera era una cita, el alfa solo iba a mostrarle el lugar donde trabajaba. Era un acto amable de buena voluntad, no necesariamente una muestra de interés por él. Aun así, estaba ansioso y emocionado por volver a verle, y quería lucir guapo para la ocasión.

El día antes habían hablado para acordar la hora, decidiendo que sería a las diez y media, y Seok le había mandado su dirección. Duchado, desayunado, vestido y listo para salir, el castaño se sentó frente a la televisión mientras esperaba que llegara Yoon.

El alfa llegó puntual, cuando faltaba un minuto le mandó un mensaje avisando de que ya estaba abajo y Hobi por poco no tropezó con el cordón de su propia zapatilla por las prisas. Ya en la calle, vio el coche de Yoongi justo frente al portal de su edificio.

El primer pensamiento de Seok al entrar en el coche fue lo bien que olía; igual que unos días atrás, se quedó un poco embobado por el fuerte aroma a menta. Yoongi llevaba una camiseta negra con un estampado colorido, de una mano que sostenía discos de grupos famosos como si fuesen cartas de póker. Su cabello negro estaba peinado hacia atrás por los lados, con algunos mechones sueltos sobre la frente. Lindo.

— ¿Todo bien, Hoseok? — preguntó para romper el hielo, puesto que el menor aún no hablaba.

— Muy bien — el castaño sonrió. — ¿Nos vamos ya? Estoy emocionado por ver el estudio.

— Como ordenes, vamos allá.

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La empresa para la que trabajaba el alfa estaba a veinte minutos en coche, tuvieron suerte de que no había mucho tráfico y pudieron llegar rápido. Entraron por la puerta giratoria y en el ascensor Yoongi pulsó el botón de la tercera planta. El suelo estaba reluciente, había otros despachos antes del estudio, y un gran ventanal al fondo por el que entraba mucha luz, iluminando todo el pasillo.

El azabache se detuvo ante una puerta, introdujo cinco números y Seok observó, boquiabierto por la impresión, todo el equipo electrónico que se descubrió frente a sus ojos; pantallas, teclados, altavoces, auriculares y muchos aparatos más que, a decir verdad, no tenía ni idea de qué eran o para qué servían. También había otra puerta en el interior del estudio, que daba a una estancia más pequeña que se podía ver a través de un cristal. Hobi dedujo por el micrófono que había dentro que ahí debían de entrar a cantar los artistas que trabajaban con Yoon.