Bonita Casualidad [YoonSeok]

♡Capítulo 11.

Las hojas del calendario colgado en la pared del estudio de Yoongi se iban reduciendo poco a poco, cayendo hacia el cubo de la basura tal como volaban las hojas de los árboles hacia el suelo con los cambios de estación. El tiempo transcurría con rapidez y antes de que pudiesen darse cuenta, el cálido verano ya había acabado y el otoño también estaba tocando su fin.
El insufrible calor había dado paso a temperaturas más bajas y últimamente la sensación térmica era más propia del invierno que del otoño.

Yoongi había cumplido su promesa y había estado con Hobi todo ese tiempo, ayudándolo, cuidándolo, mimándolo, esforzándose por hacerle feliz y, a su vez, preparándose para ser un buen padre cuando llegaran los bebés. El vientre del castaño aumentaba su tamaño con el paso de los días y las semanas, como era de esperar, y más que estaba impaciente por conocer a sus hijos.

Ambos estaban muy felices y la vida en pareja era, por el momento, armoniosa y acaramelada. Tenían sus pequeñas disputas como todo el mundo de vez cuando, pero nada grave que no pudieran arreglar luego con un besito y una disculpa. Una de esas discusiones había sido porque Yoon, preocupado por el estado del castaño, había insistido en que Seok debía pidiera la baja y descansara más en lugar de trabajar todos los días, pero el omega se había negado rotundamente pues afirmaba que sentía de maravilla.

¿Otra pelea sin fundamento? Cuando se toparon en el supermercado con una compañera del trabajo de Yoongi y esta, al saludarle con un beso en la mejilla, lo dejó manchado de carmín. Además, se quedaron hablando unos minutos y, con lo cerca que estaban, el aroma dulzón de la omega se le terminó pegando a Yoon.

No era propio de Hobi ponerse celoso, pero aquel día se había molestado tanto que sometió al alfa a un interrogatorio para saber qué clase de relación tenía con esa chica, si le atraía aunque fuera un poco, y si la susodicha había dado indicios de estar interesada en él. Tras asegurarse de que no había motivos para preocuparse, Seok había procedido a inmovilizar a Yoongi en la cama, abrazándolo como un oso para eliminar cualquier rastro del olor de la otra omega.

El menor se había disculpado en reiteradas ocasiones por su actitud después de aquello, mas lo cierto era que a Yoon no le había molestado en absoluto. Es más, lo había disfrutado; mientras Hoseok le abrazaba y hacía pucheritos con los labios, Yoongi no había perdido la ocasión de repetirle como veinte veces que le amaba sólo a él, y en cada una de ellas le había dado besitos en la boca, en la frente y en las mejillas.
Y es que ver a Hobi celoso por él había sido uno de los espectáculos más tiernos que el alfa había presenciado alguna vez.

Llegados a ese punto, y conociendo su condición de almas gemelas, parecía poco probable pudiera suceder algo que arruinara las cosas entre ellos. No obstante, la armonía absoluta no puede existir sin aunque sea un poco de caos.
Ninguno lo veía venir, pero las cosas estaban a punto de torcerse.