Bonita Casualidad [YoonSeok]

♥Capítulo 13.

El dormitorio estaba sumido en un agradable silencio. Por todo el apartamento se extendía una paz absoluta que, sumada a la oscuridad de la madrugada, sólo invitaba a seguir durmiendo plácidamente.
Hoseok suspiró entre sueños y se removió al sentir el tacto de una mano que le tocaba el hombro para despertarlo. Yoongi, por supuesto. ¿Pero por qué? No entendía para qué le despertaba tan pronto, si no se escuchaba el llanto de ningún bebé.

— Seok-ah, despierta. Hoseok...

— Mhno... Es tu turno, hyung — murmuró el omega, su mente medio dormida todavía creyó que le estaba instando a que se levantara para ir a ver a los bebés. — Ve tú, por favor...

La risa nasal de Yoongi no se escuchó, pero Hoseok la notó por el aliento cálido que chocó contra la piel de su nuca e hizo que los vellitos de la zona se le erizaran. A continuación, sintió el brazo del alfa tomarle de la cintura para hacer que se diera la vuelta. Hobi se dejó hacer y se giró sin abrir los ojos, sólo para abrazar a Yoon como si fuera un oso de peluche gigante e intentar seguir durmiendo.

— Seok, amor... Es el día — dijo Yoongi.

Esas palabras fueron suficientes para que el más joven reaccionara y abriera los ojos de golpe, lo cual hizo reír al alfa de nuevo. Buscó a tientas su teléfono debajo de la almohada para cerciorarse de que era cierto y, como si de un resorte se tratase, Hobi pegó tal brinco que salió de la cama de un solo movimiento.

— ¡Hyung, es el día! ¿Por qué no estás levantado y vestido todavía?

— ¿Quizás porque son las siete y media de un sábado? — ante la respuesta del mayor, Seok puso los ojos en blanco. El omega rodeó la cama hasta ponerse del lado de Yoon, tiró del edredón y lo agarró del brazo para obligarlo a levantarse.

Le salió mal la jugada a Hobi, porque en vez de sacar a Yoongi de la cama, lo que consiguió fue que este le jalara de la camiseta y le recostase de vuelta a su lado en el colchón. Seok forcejeó un poco ya que no quería seguir durmiendo; sin embargo, se rindió ante las cosquillas que le hizo Yoon para desarmarlo segundos antes de atraparlo en un cálido abrazo. La risa del menor resonó por la habitación pero poco tiempo, ya que el alfa lo calló con un beso en la boca.

El mayor estaba siendo especialmente mimoso aquella mañana y esa actitud tan dulce le encantaba a Seok. El castaño cerró los ojos y se dejó envolver con gusto, tanto por los brazos de su alfa como por la agradable fragancia a menta que desprendía. Yoongi, por su parte, notaba más la esencia de vainilla y miel de su pareja que la suya propia. Después de besarlo sin prisa durante unos instantes, Yoon apretó su nariz contra la glándula de olor del omega en un intento de embriagarse con ese delicioso aroma.

— Hyung, deberíamos levantarnos — sugirió el castaño. No es que no estuviera disfrutando del abrazo y de los pequeños besitos que Yoongi dejaba ahora por su cuello, pero el tiempo era oro y si seguían así, iban a terminar despilfarrando ese oro metafórico de una forma irresponsable. — Yoongi...