ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝑋𝑋𝐼

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Omnipresente 

—Todos ya entendieron el tema, pero yo no puedo —susurro con impotencia.

Sonaba tan desolada que Bakugou, quien veía el espectáculo desde la entrada, tuvo que apretar la mano y mandíbula para contener ir a su encuentro.

Empezó a decir Izuku, nervioso y sonrojado por su cercanía con una chica, que ese tema era muy difícil y que era normal equivocarse, pero ella habló por encima de su voz recatada.

—Dios, soy una cabeza hueca, ¿no?

Ahí perdió el cenizo.

No le gustaba nada esa pregunta. No la pregunta en sí. Si no su formulación, como si alguien hubiera utilizado ese término para describirla en otras ocasiones. 

—A.F.U.E.R.A —gesticuló sin decir una palabra.

Izuku trató de replicar, pero al ver las facciones tan duras de su amigo de la infancia bajó la cabeza y se fue silenciosamente del salón. Con varias preguntas sobre la relación que mantenían Bakugou con Kobayashi.

Bakugou tomó su lugar, enfrente de ella, esta levantó la mirada y a él se le olvidó enseguida el proceso de respiración. 

Tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no jalarla y abrazar su cuerpo, pero sabía que no era el momento. 

Bakugou se inclinó hacia ella y ocupó el resto del espacio de la mesa, a ella no pareció importarle eso o que sus rodillas se juntarán. 

—No eres una cabeza hueca. ¿Quién te ha dicho eso? —preguntó dominante.

—No importa. Es verdad. 

—No es verdad —ladró—. Estás lidiando con un montón de información nueva a tu manera —dijo bruscamente—. Te estás adaptando al tema.

Kiyomi le miró, con ojos suaves y un poco agradecidos, subiendo su pulso. Se miraron fijamente más tiempo del debido, antes de que ambos desviaran la mirada rápidamente. 

Sintiendo que necesitaba una distracción de la creciente tensión entre ellos, Bakugou tosió. —Ahora yo te daré clases en lugar de Deku, que no deja de temblar. Así no estaré solo con el pelo de mierda, es raro.

Ella soltó una carcajada, tan brillante y hermosa, que él solo pudo maravillarse. —¿En serio?

—Si, no puedes estar peor que él. A veces no entiendo cómo pasó el examen.

Más risas. Esta vez, ella apretó su mejilla contra su palma. 

—Me hace sentir mejor que me ayudes —se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja y añadió—. Mucho. 

Kirishima

—Esto es difícil —sentí una gota de sudor recorrer mi sien.

—No es difícil, tú eres el idiota —dijo Bakugou.

—Qué malo… —le mire con reproche y voltee a ver a Kim quién estaba a su lado—. Me alegra que Kim esté con nosotros —dije sincero.

Ella me sonrió agradecida y siguió estudiando.

¡Qué ánimo!

—En efecto, tú eres el estúpido —señaló Denki con voz académica—, en calculadora es fácil, te enseño —se señaló así mismo con una mano en el pecho y se volteó a ver a los dos que estaban frente a nosotros, aunque, en realidad, solo veía a Kim—. Siempre trato de compartir mis conocimientos a los más necesitados —alardeo.

Ella le brindó pequeños aplausos alentadores mientras Bakugou lo miraba con cara: “Túdebesestarpeorqueélpedazodemierda”. O bueno, eso fue lo que yo descifre de su cara.

𝑵𝒐 𝒎𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 -𝓑𝓪𝓴𝓾𝓰𝓸𝓾 𝓗𝓪𝓽𝓼𝓾𝓴𝓲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora