Capítulo 22|Captados.

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Rainer y yo terminamos de admirar cada espacio de lo que será su nueva propiedad y aunque él no lo admita, está encantado. Hasta yo lo estoy.
Es una mansión lo cuádruple de amplia que su hogar actual, con demasiada seguridad y espacio, lo que implica tener la paz que el añora. Claro que aún hacen falta un par de cambios, pues él adora que todo este en tonos ocre y va a pedir que cambien los colores, pero el trato esta hecho.

-¿Te gusta? -Me pregunta mientras descansamos en un pequeño columpio de metal que hay en el jardín trasero.

-¿Te gusta? -Respondo.

-Creí que no iba a quedar satisfecho, pero por el precio, yo estoy ganando. Siempre he soñado con un lugar así... - Inflo mis mejillas. -Me refiero a que sea mío, sin el dinero de mi padre o mi abuelo.

-De qué hablas, tienes mucho dinero. - Se encoge de hombros.

-Tengo un par de millones en mi cuenta, completamente míos, lo demás es de la fortuna familiar y de ahi, ya no me corresponde un solo peso. - toma mi mano. - Así que ahora soy tan pobre como el inepto que nos mostró esta maravilla.

-¡Rain... - Lo golpeo levemente en el brazo.

-En otro tema. Me gusta tu vestido, es muy liberal. - Expresa con picardia.

-Bueno, te sorprenderias que tan liberal es. -Comento. Estoy jugando con fuego.

-¿Sí? Tal vez lo puedo averiguar.

Rainer se sienta en cuclillas, debajo el columpio. Su mano domina parte de mi muslo, subiendo lentamente por debajo del vestido.

Besa mi rodilla.

Sus ojos se tornan obscuros, pues sus iris se ocultan bajo a sus pupilas.

Mierda, es inexplicable lo que me hace sentir verlo a mis rodillas, solo viendome a mí.

-¡Rain... - Sentencio sintiendo como desea bajar mis bragas.

-¡Shhh!- Ríe.

Levanto mi pelvis para dejar que termine de quitarme la ropa interior.

-Esta. -la muestra. - Me la quedo yo.

Dicho eso, se levanta.

-No voy a andar desnuda, iremos a comer. - Se hace el desentendido y he de decir que la situación me divierte.

-Son mías y yo no comparto lo que me pertenece.

El tipo del que no recuerdo su nombre, aparece.

-Es hora de que mi novia y yo nos retiremos, mis abogados se mantendrá al contacto para terminar esto cuanto antes. - Rainer me extiende su mano. - Espero no verlo pronto.

Golpeo su mano.

Con cuidado de que no se me vea nada, subo las escaleras a la azotea.

-Linda vista desde abajo. -le muestro mi dedo del medio.

Levi nos abre la puerta a mí primero y después a Rainer. La verdad es que me he acostumbrado y hasta le he tomado cariño a Levi.

De camino a donde sea que iremos, Rebeca me llama contándome como van los preparativos para su cumpleaños. Me siento mal por no poder asistir, solo que no tenía ánimos de volver a tomar un vuelo de tantas horas, únicamente para despilfarrar el dinero de Rainer, pues está claro que yo no puedo llevar el nivel de vida económica de ellas.
Descubro hacia dónde vamos al ver la playa. Estamos en Santa Mónica.

-Aterrizare en un minuto, es mejor que cuelgues. - Asiento.

-Becc...

-Sí, ya escuché. Nos vemos mañana, no olvides que tenemos cita con el peluquero.

Sin sentimientos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora