Capítulo 34 | ¿Saltas? Parte 1

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Si volviera el tiempo hasta el momento en que Rainer me reveló lo que ha pasado con Myrthe, sería describir una travesía llena de dolor y angustia. El vuelo fue aterrador, pues a pesar de la turbulencia, mi mente no dejó de torturarme con lo que podría pasar en las siguientes horas, ¿cómo está ella? ¿Está grave? ¿Hay una solución?  

La camioneta se detiene en la entrada del hospital, yo porto el saco de Rainer que me cubre por debajo de la falda, solo así me permito despreocuparme y huir hacia el interior.
Lo primero que hago es preguntar sobre su estado, la mujer de recepción ni siquiera se inmuta, es como si no le importara mi desesperación por saber de la única persona que me ha hecho sentir que tenía a alguien.

Rainer se apresura y habla, por su puesto a él de inmediato le dan información e incluso lo invitan a pasar a la habitación en donde está internada.

¿Cómo es posible que yo haya estado casi dos meses gastando mientras que Myrthe está en un hospital público?

Al menos pudimos llevarla al hospital de Ruel, con médicos sumamente capacitados y mejor calidad.

—Ey, ella va a estar bien. — Rainer trata de tranquilizarme.

Ni el cree lo que dice.

—Está en la habitación doscientos seis, en el departamento de oncología. — espeta lo último casi en un susurro.

No seré pesimista.

Tal vez solo no hay camas en los demás departamentos.

Ella estará bien.

Rainer toma mi mano y me guía a la habitación, los médicos que el mandó a traer de están por aterrizar.

—Es aquí. — Se detiene frente a una puerta. —Ve tú, yo me quedaré afuera mientras trato de comunicarme con el doctor y arreglo los papeles para transportarla al hospital de mi familia.

Asiento no muy convencida.

Antes de que entre, Rainer besa mi coronilla.

—Todo estará bien. —Cierro los ojos.

Jalo la perilla y me quedo estática, no puedo moverme, ¿abrir la puerta? Necesito abrir la puerta y verla. Soy una persona adulta, se supone que debo estar lista para cualquier cosa. Ella estará bien, Rainer lo dijo.

Trago.

Es solo algo tratable.

Abro la puerta.

Lentamente acerco mi cuerpo a la camilla.

No es Myrthe, esa señora no es la mujer que me me ha estado apoyando desde que me mudé a mi piso.

Sus ojos se abren y me observa.

—Liv. — Apenas si puede pronunciar.

¿Por qué está conectada a todas esas máquinas?

¿Por qué está tan delgada?

¿Qué hay de su cabello?

—¿No volvías en mes y medio? — niego, no voy a llorar frente a ella.

—Rainer adelantó el viaje. — Asiente.

—Lamento no... — Su tos la interrumpe. — Lamento no responde tus llamadas, no quería preocuparte.

—Muy tarde. —Intenta reír.

—Liv. — Asiento para que continúe. — Me diagnosticaron cáncer de pulmón hace tres meses, hace un mes volví a hacerme un chequeo y resultó que los tumores se duplicaron e hicieron metástasis en mis huesos y cerebro.

Sin sentimientos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora