Florecita

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Estoy tan molesta, justo ahora me dirijo a la cafetería a dos cuadras de mi casa a ver al idiota de mi ex, según le "urge" hablar conmigo pero no entiendo cual es su afán por joderme la existencia, no le basto con ponerme los cuernos con una compañera de clases, ahora arruina mi día justo cuando pase una cálida noche imaginando como ese maestro me coge, creo que debí pedir su número para tratar temas de la escuela, si claro.

Y ahí estaba él, con su 1.80, moreno, brazos fuertes, esos mismos que usaba para cargarme a la hora del sexo, labios carnosos y besables, esa espalda de demuestra que hace ejercicio... mmmm, el imbécil está buenísimo y además coge rico

Que quieres?.- dije mientras lo observa.

Huuuy, amaneció de malas la florecita.-

Ya Luis, dime qué necesitas que tengo cosas que hacer.-

Ya, ya, claro que te diré, pero primero siéntate, desayuna algo conmigo por favor, cómo en los viejos tiempos.-

Sabes que no me gusta desayunar aquí, la comida no está rica.-

Quieres que te cocine algo, florecita? Podríamos ir a mi casa a desayunar, claro sin que pase algo más.-

La verdad lo pensé, tenía hambre y el cocina rico, tengo miedo que caer en sus garras pero como él dijo, no tiene por qué pasar algo más.

Ok, pero quiero panqueques, huevos y café.-

Lo que la florecita diga.-

Condujo todo el camino a su casa y yo solo podía pensar en que era lo que estaba haciendo, tenía cosas que hacer pero aquí estaba perdiendo tiempo con mi ex, no se que quiere pero espero sea dejarme en paz.

Después de ti.-

Entre a su casa y en cuanto cerro la puerta se acercó a mi de manera rápida, me beso y por unos segundos no correspondía su beso, hasta que puso su mano derecha en mi cuello para apretar un poco y la izquierda en mi seno, mierda que sabía cómo calentarme.
Di un salto y el me cargó mientras lo besaba como loca, nuestro sexo siempre fue bueno pero el de reconciliación era el mejor.

Sentí cuando me acostó en su cama, sus besos fueron bajando por mis senos mientras apretaba mis muslos, su lengua recorrió por encima de mi ropa y lo jale hacia mi, poso su boca en la mía mientras bajaba mis pantalones y ropa interior, entonces hizo un movimiento rápido y quedé con la cara pegada a la cama, alzó mi trasero y empezó a lamer por el.
Pasó su lengua por mi hendidura y la subió hasta mi ano lentamente.

Dijiste que si éramos novios no me darías esté.- dijo mientras estimulaba mi retaguardia y yo gemia como loca. -Ahora de ex me lo darás?.-

Tenía la vista nublada, no sabía de mi, me encantaba como me cogía y poco a poco perdía la cordura, a cómo pude contesté.

Te dije que sería tu regalo de, ammm! Si! Así, no pares!. Me empezó a masturbar con sus dedos largos.

Estás tan húmeda, me extrañaste bebé?.-

Y de pronto sentí como mi vagina se expandia, entro en mi lentamente mientras llevaba mis manos a mi espalda, empezó un Vaivén lento y delicado.

Mierda, no soy una virgen, cogeme de verdad, aaah! Si!

Así? Así querías los huevos?, te encanta gemir abajo de mi, te encanta como te lo hago, anda, gime mi nombre.-

Mas!, Quiero más! Si, amm si, no pares!

Seguía con su ritmo duro y firme, llevándome al climax, sentí como aceleró el ritmo y eso solo indicaba que el estaba por acabar, entonces me giro y quede arriba de él viendolo de frente, empecé a autopenetrarme, estaba apunto de llegar cuando empezó a besarme el cuello, y justo cuando los dos terminamos me mordió el hombro, mientras yo gritaba su nombre.

Cómo dije, el imbécil sabe coger!

Mi maestro Where stories live. Discover now