Poder

2.6K 75 5
                                    

Era un placer estar a sus pies, delineaba cada vena de su miembro con mi lengua, llegaba lo más profundo que mi garganta podía y lo que me faltaba lo estimulaba con una mano, la otra la usaba para tocar mi clítoris, podría terminar aquí mismo otra vez.

Si vista estaba fija en mi, veía lo que hacía con ojos de placer, no resistí mucho y lo jale a mi habitación, quería montarlo ahí mismo pero necesitaba condones.

Loa besos no se detuvieron en el camino, le indique que me cargará y llevo sus manos a mi trasero mientras yo me restregaba en él, baje como pude y lo posicione en la cama, de mi mesa de noche saque un condón, quería disfrutar al máximo de esta noche.

Después de abrir el empaque con cuidado, lo posicione en mi boca, baje lentamente por su pene para colocarlo, subí a sus piernas y mis besos por su cuello no paraban.

Lentamente hacia fricción con su pene en mi clítoris, me mecia de atrás adelante dándome placer y mojandolo con mis fluidos, un gemido salió se mi boca cuando llegue al orgasmo.

R. A la mierda!

Me giro, cambio los papeles y se posicionó en mía piernas, sujeto uno de mis senos entre su boca y succionó como un bebé hambriento, entro de mi de una sola estocada y yo seguía sensible de mi orgasmo previo.

L. Mmm, aaah, si, ahí... No pares!
R. No lo haré, lo siento pero no lo tendrás, no tendrás el control de esto.

.........

Se movía delicioso arriba se mi pero no aguante las ganas, quería ver hasta donde llegaba pero esa imagen de ella montandome llegando al orgasmo fue la perdición, quería lo mismo, quería sentirme dentro de ella y bañarla de mi, quería marcarla y que supiera lo que es estar con un hombre de verdad.

Entre en ella, no espere a que su orgasmo cediera, estaba tan sensible que la llevaría a la gloria.

Mis empujes empezaron, moría por sentirla sin condón pero nada de esto estaba planeado por lo menos no por mi, verla con ese vestido y esa pequeña lencería me hizo dar cuenta que es coqueta, pero quiero que sea solo conmigo.

Necesito decirle que esto solo es sexo, no hay abrazos después, no le diré te quiero ni cuidare de ella, es solo placer de ambos.

L. Mmm, aaah, si, ahí... No pares!
R. No lo haré, lo siento pero no lo tendrás, no tendrás el control de esto.

Continue con mis penetraciones, sentí como termino, esa sensación de su cuerpo temblar bajo el mío era una locura, la levanta y gire.

R. En cuatro, ábrete para mí.

Puso sus rodillas en la cama, sus pechos tocaban la almohada y con sus manos sujeto su tracero dándome la vista de lo que quería, su entrada se encontraba mojada y rosada, no me aguante y pase mi lengua por ella hasta subir a su ano, ella no se resistió y solo escuchaba sus gemidos, seguí con mi labor hasta que decidí probar mi suerte.

Metí mi lengua en ese orificio estrechó, quería saber si por ahí podía entrar, no dijo nada así que seguí con mi juego previo llevando mi mano a su clítoris, sentía su humedad entre mis dedos, decidí aventurarme más así que me incorpore para meter mi pene en su vagina y pase mis dedos a su boca.

R. Pruebate.

Chupo mis dedos como lo hizo con mi pene, yo aún no me movía dentro de ella.

R. Mojalos bien.

Cuando terminó los dirigí a su entrada tracera y empecé a hacer círculos en ella, mi otra mano la use para sujetar su cabello, tome impulso y empecé a embestir cómo si mi vida dependiera de ello, sus gemidos no paraban y solo generaban más ganas de seguir, escupí un poco en su trasero, tampoco quería que sufriera, adentre uno de mis dedos y ella se arqueo totalmente.

R. Te gusta.
L. Si, sigue así!
R. Prepárate, llegaremos juntos.
L. No puedo aguantar más, estoy apunto.
R. Dije juntos.

Detuve mis movimientos, tenía que entender que yo mandaba dentro y fuera de esta cama, no importaba si era en un salón de clases o en la calle, yo era quien mandaba.

L. Perdón, yo espero.
R. Así me gusta, te has corrido 3 veces sin mi permiso, ahora esperarás por mi.

Mi cadera tenía vida propia, deje su trasero para jalarla a mi pecho, su espalda estaba pegada a mi cuerpo, pose una mano en su cintura y otra en su cuello, apreté solo lo necesario cuando llegó mi orgasmo y eso hizo que ella también acabará, caímos juntos en la cama, nuestra respiración era una sola y yo seguía dentro de ella vaciandome en el condón mientras sentía sus palpitaciones al rededor de mi pene, no se en que momento pero la gire, ella estaba roja y su respiración aún no se regulaba.

Besé sus labios dulcemente, acaricie su rostro como si fuera lo más preciado para mí.

R. Estás bien?
L. Si, eso fue... Genial.
R. Lo fué.

Seguí besando sus labios sin segundas intenciones, recordé el condón en mi pene así que me levanté para ir al baño a botarlo.
Cuando regrese estaba ahí, desnuda y acostada de lado, no lo pensé mucho y me acosté con ella, la gire para que se acurrucada en mi pecho, no quería una relación con ella, pero quería sentirla mía.


Mv💜

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora