En busca de una respuesta

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¿Qué significaba exactamente la palabra amor en el diccionario de Spreen?

Spreen nunca se había preocupado demasiado por todo el tema relacionado con sus sentimientos, no se encontraba dentro de sus prioridades por lo que simplemente había ignorado el tema hasta ese momento.

No podía recordar alguna persona que evocase en sí un sentimiento en el nivel romántico, tampoco podía asegurar que en algún momento se hubiese sentido encandilado por la belleza de alguien.

Los rostros de sus padres se habían desdibujado de su memoria hacía tanto tiempo que no recordaba la manera en la que los había querido o si acaso había llegado a amarlos como se supone debía hacerlo.

Había tenido alguna aventura ocasional cuando era mucho más joven en un vano intento de parecerse a los adolescentes hormonales a su alrededor, lo cual no había resultado demasiado bien.

Aun cuando a lo largo de sus travesías y aventuras se había encontrado con jóvenes y señoritas poseedores de una belleza extraordinaria, así como una personalidad que podría haber encandilado a más de uno.

Sin embargo, a diferencia de lo que había notado que sucedía en otras personas, sus mejillas no se habían sonrosado ante su cercanía, ni su corazón se había acelerado ante los halagos y propuestas candentes.

Por lo que ciertamente agotado por todo aquello, había decidido dejar de intentarlo asumiendo que todo el asunto no era algo que estuviese destinado para él, optando en su lugar por centrar toda su atención y energía en mejorar sus habilidades.

Y le había ido bien, comenzaba a hacerse un nombre en el medio competitivo y siempre se encargaba de dejar su huella personal a cualquier lugar que llegase.

Su idea inicial había parecido funcionar, dejar de intentar sentir algo más allá de la amistad por otros le había resultado satisfactorio, al menos hasta ese momento.

No había notado aquella sensación que crecía día a día hasta que había sido demasiado intensa para pasar desapercibida, y si podía encontrar un culpable por ello, ese era Conter.

Cuando había aceptado que viviesen juntos en aquella nueva aventura mortal, no había esperado ni por un instante que algo como aquello sucediese.

Conocía al albino desde que ambos tenían alrededor de 15 años, en ese entonces ambos no eran más que un par de adolescentes con renuentes rasgos infantiles que jugaban a ser adultos.

Desde el primer momento en el que habían entablado una conversación, las discusiones e insultos se habían hecho presentes, convirtiéndose rápidamente en rutina.

A pesar de su aparente discordia siempre terminaban orbitando cerca del otro, siendo aquello algo característico que definiría el resto de su amistad.

Un año y pocos meses había sido el tiempo en el cual habían compartido innumerables hazañas y todo tipo de experiencias, conociendo a muchas personas en el camino.

Por lo que cuando su aventura en los dominios de Piolacraft había llegado a su fin, sus caminos se habían visto separados de manera irremediable, puesto que ninguno sabía aún qué era lo que realmente buscaba.

Había tenido que pasar un par de años hasta que sus caminos volvieran a coincidir, ahora con los rasgos más maduros y las facciones afiladas habían dejado atrás aquellos rasgos infantiles.

Se veían diferentes físicamente, pero lo que prevaleció a través del tiempo fue la peculiar dinámica que compartían y aquello era lo único que realmente importaba.

Y a pesar de que a lo largo de su vida mientras crecían, se habían visto obligados a separarse y volver a unir sus caminos más de una vez, en lo que a su amistad se refería no parecía haber pasado un solo día.

SIMPLE DAYS [Spreenter]Where stories live. Discover now