Ardiente Oportunidad © [+18]

Capítulo dos

Aclara su garganta.

-Quizás deberíamos salir y tener esta conversación en un lugar más tranquilo, salgamos a la terraza.

Asiento y camino en silencio mientras lo sigo fuera del salón, estoy muy nerviosa después de todos estos años.
Al fin obtendré la tan ansiada respuesta, aunque siendo franca no creo estar preparada para algo así.

Atrás queda el bullicio de las personas y la alta música. El fresco de la noche golpea mi rostro y sonrío mirando al cielo intentando distraer mi atención para no centrarla en Richard y su hermosa figura.

-Es una noche preciosa -murmuro sin perder la vista de la luna llena que se encuentra en todo su esplendor. Tal pareciera que no estoy al punto de tener una conversación de tal importancia, pero esa es la idea, supongo que aparentar normalidad hasta que todo acabe, pero me muero de incertidumbre.

-Así es -acerca su cuerpo a mi espalda, tanto que puedo sentir su respiración justo detrás de mi nuca mientras miramos el cielo por unos minutos en completo silencio-. Kaely, todo esto es demasiado complicado, siempre me has parecido preciosa, siempre destacando entre las demás, con tu sonrisa inocente y esos lentes infantiles que acostumbrabas llevar.
Recuerdo la primera vez que te vi, sentí ese famoso nudo en el pecho que no te deja ni hablar, casi vómito de los nervios aún era un niño y no sabía lo que era amor, pero si sabía que debía protegerte de todo

« siempre estaba en mí ese extraño deseo de protegerte de cualquiera que intentase hacerte daño, los años fueron pasando y a los trece comprendí que te amaba, amaba a esa niña con lentes, amaba a la hermana de mi mejor amigo, ese era un hecho-sonríe y una lágrima escapa por mis mejillas-. No sé cómo pasó, pero cada pequeña acción tuya para mí era el mayor logro del mundo. El día de la graduación cuando nos besamos, fue lo mejor que me había pasado, tus dulces labios en los míos, pequeña, no había nada mejor aunque desafortunadamente

«hubo un detalle que ambos obviamos esa noche, yo era mayor que tú en ese entonces, dos años, tú aún no eras mayor de edad y cuando llegué a casa después de prometerte que estaríamos juntos, mi padre me esperaba sentado en el sillón. Mi prima Carina había estado en la fiesta, al parecer creyó en su retorcida mente que, si le mostraba la foto que nos había tomado a escondidas besándonos a mi padre, yo estaría con ella. Papá se enfadó mucho conmigo, ese día me dijo que era un inconsciente y que estaba echando por la borda mi futuro por un joven e inocente, coño -masculla, y me siento confundida, en este momento siento rabia, dolor, cariño, ternura, no soy capaz de detener las lágrimas que salen de mis ojos en profundo silencio, tampoco soy capaz de detectar lo que siento en realidad, duele saber la verdad.

«Discutí con él en cuanto me dijo eso, le di un puñetazo por faltarte al respeto y luego él amenazó con contarles a tus padres, dijo que ellos te mandarían lejos de mí a un internado. Razonablemente le dije que eso era imposible, pues, ya tú estabas graduada y él comentó que te mandarían lejos de igual forma porque eras menor de edad. Sabía que tú no podías permanecer mucho tiempo lejos de tu familia, así que acepté alejarme de tu lado. No quiero ser hipócrita y decirte que me alejé por tu bien para que cojas lástima y vengas llorando a mis brazos, solo sentía que te hacía falta saber la verdad, espero que algún día seas capaz de perdonarme y...

-Tonto...-No lo dejó continuar, rápidamente me doy vuelta y me abrazo a su grande pecho, mientras comienzo a llorar sintiendo que toda esta situación me supera,-debiste habermelo dicho en ese momento Richard, ambos luchariamos juntos por nuestro amor, me dejaste creer todo este tiempo que no me amabas, creería muy en el fondo que no era suficiente para ti.

-Sabes que no nos permitirían estar juntos -Richard suspira con tristeza y rodea mi pequeño cuerpo con sus enormes brazos mientras me acuna, sintiéndome llorar.

Y lo peor es que tiene razón.

-Creí que no, que no te había gustado el beso y que te habías enojado conmigo, creí que no te gustaba y que solamente respondiste que sí, por miedo a lastimarme en ese momento, creí que me rechazabas Richard-. Lloro en su camisa mientras suelto en medio de sollozos todo lo que siento.

-Jamás haría eso, pequeña -sus protectores brazos me acercan más a su cuerpo permitiéndome absorber su olor a vainilla-. Te quiero demasiado como para ser capaz de hacerte algo así alguna vez.

- ¿Por qué no habías venido antes?

-Estaba esperando a que fueras lo suficientemente legal para que nadie se metiese en nuestra relación.

-¿Aún me quieres? -pregunto con esperanza.

-No, no te quiero.

-Pero, pero has dicho... -mi voz se rompe.

Coloca sus manos en mis mejillas y acerca su rostro al mío.

-No te quiero, porque siempre te he amado, desde siempre lo he hecho y eso es algo que nunca va a cambiar, pequeña.

-Te he extrañado demasiado Richard -admito pegando mi nariz a la suya mientras cierro los ojos, y siento latir a mil mi corazón en mi caja torácica. Las manos no paran de temblarme, su cercanía me desestabiliza, pero de la mejor y deliciosa manera.

-Quizás deberíamos ir dentro -sugiere no muy seguro, mientras lame sensualmente sus labios sin perder la vista de los míos, haciendo que mis pezones se ericen de excitación.

Oh dios que me está pasando. ¡Qué vergüenza!

-O quizás deberías callarte y besarme ahora mismo.

Espera, ¿qué? ¿Esa he sido yo?

-¿Debería hacerlo? -muerde su grueso labio inferior con sensualidad. Un cosquilleo recorre mi cuerpo.

Está jugando conmigo y a mí me encanta jugar.

¿Quieres jugar, cariño?

Pues juguemos.

-Por supuesto que sí -llevo su mano a mi muslo mientras acerco mi boca a su mejilla-. ¿No quiere besarme, señor?

Sus ojos esmeraldas se oscurecen y me observa como un depredador a su presa y trago saliva con temor.

He despertado a un monstruo, a tan solo momentos de atacar, y él lo hace.

¡Vamos poco a poco subiendo la temperatura!

Bafff a quien engaño, acaba de empezar lo bueno.

🥳🥵🥴