Ardiente Oportunidad © [+18]

Capítulo trece

-Carina, no estás bien, necesitas atención médica urgente.

-¿Qué mierdas sabes tú acerca de lo que necesito? Siempre te he amado y, en cambio tú así es como me pagas, traicionandome.

-Necesitas volver al hospital, necesitas mejorar, no estás bien, lo que sientes por mí es insano.

-Es amor.

-No, es obsesión y además incesto.

-Qué más da, te amo.

-Estás enferma -y loca.

A este punto de la conversación no me había dado cuenta de que gritábamos hasta que algunas personas centraron su vista en nosotros.

-Te quiero mucho Carina, pero lo hago como un hermano lo hace con una hermana, te quiero proteger y te tengo un gran cariño, pues nos criamos juntos, pero no confundas mis sentimientos con tu efímero amor -niego- es que ni siquiera eso es amor.

-¿Y tú si sabes lo que es amor?

Sonrío cuando la imagen de Kaely sonriendo llega a mi mente.

-El amor es mucho más -simplifico y aprieto los labios- lo tuyo es obsesión.

-¿Y no creés, que el mismo amor es el culpable de que nos volvamos obsesivos a la hora de amar? No estás conmigo y todo eso es por la puta rusa esa, debí haberme deshacido de ella cuando tuve la oportunidad.

Tomándola del cuello la asfixio mientras siento la rabia bullir en mi interior.

-No hables así de Kaely, no la conoces.

Sus ojos se aguan mientras aprieta los labios con dolor.

Está roja, inmediatamente la suelto como si el contacto quemara, y la veo toser.

-Lo siento-murmuro.

-No pasa nada -se recompone mientras se acaricia el cuello -sabes que es lo que más me duele- parpadea tratando de retener las lágrimas-. Que yo sé que pase lo que pase y haga lo que haga tú siempre la elegirás a ella, pero sabes, no me rendiré y mientras pueda joderles las cosas, mejor.

Por un momento pensé que diría algo tierno, cuando va y me suelta eso dejándome desconcertado.

Hace unos segundos lloraba y ahora ríe a carcajadas como si le acabaran de contar el mejor chiste del mundo.

Esta loca es un hecho, no lo dudo y lo reafirmo cuando se arroja a mis brazos para besarme dejándome impactado por unos segundos, nunca la creí capaz de llegar tan lejos, rápidamente la aparto de mi lado con brusquedad.

Qué asco.

-¿Estás loca?

Limpio mis labios con el dorso de mis brazos mientras le miro como si le hubiesen salido tres cabezas.

Carina sonríe triunfal, mirando algo en mí, espalda.

-Si no eres mío, no serás de absolutamente nadie.

Rápidamente, doy vuelta al tener un mal presentimiento, mi pecho se encoge al ver a Kaely azotar la puerta del auto.

No, no, no, no.

Niego mientras corro y grito su nombre, sintiendo la maldad que desprende mi prima mientras ríe a carcajadas.

El auto arranca, dejándome atrás con un mal sentimiento en mis entrañas.

-¡Te lo dije! -grita Carina mientras es arrastrada por dos hombres con batas blancas a un auto, del cual se baja mi tío.

-Gracias, chico -me abraza y aún no soy capaz de reaccionar- siento todos los problemas que te ocasionó mi hija. Asiento dando la vuelta rumbo al aparcamiento a por mi auto. No puedo dejar que se marche así, con esa imágen falsa de mi en su cabeza.

-¡Kaely!

***

Serpenteo a toda velocidad los autos por la autopista, mientas trato de llegar a tiempo al aeropuerto, cuando de momento un enorme camión rojo se atraviesa en el medio, cuando intento frenar, estos no funcionan, y nada puede evitar que mi auto se estrelle contra el camión.

Los cristales se explotan y se incrustan en mi piel cuando el auto comienza a girar en el aire, para luego caer, siento como algo se rompe para que después todo se torne negro y el último pensamiento que pase por mi mente es su nombre, su sonrisa.

Kaely.

Duele saber que no te veré más, cariño